Narcoméxico (antes Aeroméxico)
¬ José Antonio López Sosa jueves 25, Ago 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Ahora es un copiloto detenido en España por transportar 42 kilogramos de cocaína en un vuelo México-Madrid, precisamente venía en la cabina de mando. Hace pocos meses un grupo de sobrecargos fue detenido también en España por el mismo delito. La pregunta que lanzo desde este espacio es, ¿qué pasa con Aeroméxico? y, ¿qué pasa con los controles de seguridad del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México?
Quienes laboran en una aerolínea de la calidad de Aeroméxico deben –supuestamente—tener características dentro de las cuales destaca la confiabilidad pues tienen en sus manos las vidas de cientos de pasajeros en cada vuelo, luego entonces ¿qué clase de personas contratan que pueden de un momento al otro pasarse a las filas del crimen organizado (o desorganizado) y usar su empleo para traficar drogas?
Aeroméxico se ha limitado a rescindir públicamente los contratos de dichos trabajadores pero poco ha informado sobre los mecanismos de control al interior de su plantilla laboral.
También hace pocos meses a un par de pilotos en Costa Rica de la misma aerolínea, no se les permitió volar a la Ciudad de México por llegar en estado de ebriedad, ¡qué cosa!
Tras los hechos ocurridos, tal vez debieran pensar en cambiar el nombre de Aeroméxico por el de Narcoméxico, como si no nos faltaran hechos negativos en el país para que el mundo entero vea la descomposición que sufrimos a todos los niveles.
Ahora bien, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México de la mano de la Policía Federal, agentes migratorios, de aduanas y la seguridad privada son directamente responsables también. Los pilotos así como cualquier trabajador o pasajero del aeropuerto están sujetos a revisiones exhaustivas antes de abordar un avión, ¿qué pasó en esos filtros?, hay cámaras por doquier, ¿podrían las autoridades correspondientes echar mano de esos videos para determinar quiénes están involucrados? o bien las cámaras no son más que de ornato en la terminal aérea.
Si uno como ciudadano viaja de la ciudad de México, está expuesto a que le revisen hasta la ropa interior, ¿por qué a estos pilotos y sobrecargos traficantes no les han revisado en el aeropuerto?
La cadena se hace grande y las respuestas son nulas. Urgen ambos comunicados con claridad: el de Aeroméxico y el del Aeropuerto y las agencias de seguridad públicas y privadas que ahí laboran, o por lo menos dicen hacerlo.
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