Circo y kermés en el Senado
Alberto Vieyra G. miércoles 16, Oct 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
No cabe duda, la política azteca es un circo de muchas pistas y una kermés en los que no faltan payasos, mimos, saltimbanquis, duendes y magos.
Grotesca, vulgar y corriente se vio la asamblea en el Senado de la República el pasado sábado 12 de octubre, con un corriente maestro de ceremonias, Gerardo Fernández Noroña, quien en medio de dos tómbolas hacía que jugaba a la Lotería Nacional contado como conejillas de la suerte algunas senadoras para insacular en una tómbola la suerte de la democracia mexicana y el entierro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que desde hace 200 años fue garante de la separación de poderes. Si viviese el ilustre teórico de la división de poderes, Rousseau, se volvería a morir toda vez que él sostenía la tesis de que “los poderes solamente son emanaciones de la autoridad sobe-rana, a la cual están supeditados al mandato del pueblo y condenaba el poder político en manos de un solo hombre”, en este caso de una mujer o del que se fue, pero que sigue moviendo el pandero tras bambalinas en el circo de la polaca mexicana.
Qué manera tan descarada de Morena, AMLO y la Presidenta científica, al dinamitar el Poder Judicial mediante un grotesco circo y kermés en los que la suerte les favorecía a unos 480 compatriotas, unos actualmente jueces y otros don nadie que nada se sabía de ellos, pero que por las artes de la dictadura morenista serán electos como jueces en los comicios del próximo 2 de junio. Qué asco me dio ver tan grotesco espectáculo en una institución que está cumpliendo 200 años como garante del federalismo mexicano, sí, el Senado de la República convertido en un circo y kermés.
En Bolivia, el único país en el que existe esa detestable figura jurídica de elegir a jueces, magistrados y ministros, la primera vez que se llevó a cabo esa elección, el brutal abstencionismo fue del 90%, es decir que solamente el 10% de la gente votó por sus rimbombantes juzgadores.
El pobre espectáculo que se vio el pasado fin de semana en el Senado azteca está que ni dibujado para que ocurra el mismo fenómeno abstencionista, lo cual nos dice que, de entrada, que tendríamos unos juzgadores electos por las minorías y deslegitimados de origen, es decir que ni yendo a bailar a Chalma habrá alguna figura popular por la cual voten más de 50 por ciento de los electores.
Para este átomo de la comunicación resulta extraordinariamente penoso que mis compatriotas de las próximas generaciones sean engañados con espectáculos políticos tan chindinguas, vulgares y corrientes, y que las instituciones nacionales solamente sirvan para legitimar lo ilegitimo.
La Presidenta científica, Claudia Sheinbaum, siguiendo el ejemplo del Presidente más mentiroso que hemos tenido los mexicanos en la historia del presidencialismo, engaña a los mexicanos con el cuento de que en todo Estados Unidos se eligen a los integrantes del supremo tribunal federal. ¡Falso! ¡Vaya mentira tan colosal! Solamente en algunos estados de la Unión Americana se eligen a jueces locales.
Pero mire usted a lo grotesco le llaman “cuarta transformación” y entre eso grotesco figura el trasnochado nacionalismo con el que AMLO, Morena y Claudia engañan a los mexicanos y ya sólo falta que ese engaño llegue al extremo de que un día se suspenda el Himno Nacional y que la radio y la televisión en todo el país inicien y concluyan sus transmisiones entonando una rola sobre la revolución de la Cuarta Transformación y en la cual resulte detestable toda injerencia del imperio de las barras y las estrellas al que, por lo pronto, AMLO le puso pausa y Claudia le aplicó la tartamuda.