Lo que vi
Carlos Ramos Padilla miércoles 2, Oct 2024Se comenta sólo con…
Carlos Ramos Padilla
¿Qué es lo que vi este primero de octubre?: continuismo, más de lo mismo, una calca de los pasados seis años explicado con frases fragmentadas y la repetición persistente de las ocurrencias y frases del tabasqueño.
¿Qué más vi?: impuntualidad, poco respeto a los protocolos (ver la desfachatez de Fernández Noroña). Un servilismo exagerado y absurdo, rayando en lo grotesco de Ana María Lomelí, Manuel Velazco y Alejandro Murat.
Un discurso contradictorio: no al clasismo y no al racismo, pero volvemos a “primero los pobres” y contra el machismo y pregunto, ¿qué no va a gobernar para todos por igual? ¿Por qué contra el machismo y no contra las feministas radicales?
Ojalá y no se trate de una patología, pero esa conducta de que “no estoy sola, somos todas” habrá de radicalizar.
Todos los eventos del primero de octubre fue con mujeres y para mujeres: casetas de H Colegio Militar, comisiones de senadoras y diputadas, ceremonia de recepción del bastón de mando únicamente con mujeres indígenas, ¿y la igualdad que promete donde queda entonces?
Vi rompimientos, revisemos la monolítica e incómoda conducta de Marcelo Ebrard. Las mentiras de Rosa Icela cuando desde la Secretaría de Gobernación se atreve a asegurar que el país “está en paz”. Vi ataques innecesarios contra Ernesto Zedillo y Felipe Calderón. Vi una muy, muy pobre asistencia de estadistas del mundo.
Ningún mandatario de países líderes, industrializados de avanzada de cualquier continente, vinieron al ceremonial en el Congreso. Ni siquiera considerando a la esposa de Joe Biden. Quizá sobresale el mandatario brasileño Lula Da Silva, los demás, sólo representantes y enviados menores por cortesía.
Vi seguridad en algunas frases como “la política se construye con amor, no con odio” (me hubiera gustado que ahí, justo ahí, enfrentara con la vista a AMLO).
La arenga de la Presidenta (con A) Sheinbaum careció de un mensaje político, de unión, de reconciliación, de convivencia. Dejó de ver y oír a la oposición.
Mucho tiempo para alabar a AMLO y para golpear al Poder Judicial acusando de corrupción y falta de democracia. Y lo dijo dejando en la impunidad a personajes como muchos familiares y colaboradores cercanos a AMLO señalados, incluso con pruebas, de manejar dinero ilícito, comprando favores incluso de militares o presumiendo nepotismo y enriquecimiento inexplicable.
¿Qué vi en el Congreso? Una simulación de asambleísmo partidista. Ví a una Presidenta que, por lo pronto, aún no se deslinda ni del pasado ni de AMLO. Que hay que darle un espacio de confianza a la Presidenta, sin duda. Que ganó una palomita por decidir ir a Acapulco es cierto, pero recordemos que AMLO así inició. No la tragedia en Hidalgo de la explosión de un ducto de combustible provocado por los saqueadores. Llegó tarde, muy tarde, el tabasqueño por aquello de sólo usar aeronaves comerciales, una farsa más.
“Ya se cansaron”, cuestionó Sheinbaum en el Zócalo al anunciar 100 medidas dentro de su gobierno. Un “ya se cansaron” que tanto inquietaba al tabasqueño el día del Informe que no fue Informe.
¿Qué no vi? Ninguna mención a las madres rastreadoras ni un pésame a los miles y miles de muertos por el crimen organizado o la pandemia. En pocas palabras, y hasta el momento, ¿qué vi? Ningún cambio sustantivo. Creo que eso se esperaba.