No más AMLO
Freddy Sánchez martes 1, Oct 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Con tres grandes interrogantes comenzará el gobierno de Claudia Sheinbaum.
Qué tanto debe, quiere y puede cambiar a México en lo que será el segundo piso de la 4T.
En relación con el primer punto, lo obvio es que deberá continuar con la política social que ha sido el mayor éxito de lo realizado por el presidente saliente.
O sea mantener vigentes los programas sociales con adecuaciones para ampliar sus alcances y afianzar los soportes para su financiamiento e incluso darles mayor transparencia.
Y naturalmente, desechar la más mínima intención de recortarlos o desaparecerlos, porque tal cosa se traduciría en un “suicidio electoral” para Morena.
La razón es más que evidente, si consideramos que los apoyos institucionales para la gente le dieron al partido en el poder la fuerza que lo sostiene en la presidencia.
Una realidad que tiene su contraparte porque otro hecho tangible es que varios millones de habitantes de México no comparten la complacencia y entusiasmo de los partidarios de la 4T.
Más bien su rechazo es contundente por lo que muchos critican respecto a que los apoyos sociales no compensan las ineficiencias institucionales en diversos asuntos de vital importancia .
Y en este aspecto se visualizan dos cosas primordialmente en el segundo punto referido previamente y que tiene que ver con la creciente inseguridad y la poco convincente lucha contra la corrupción.
Así las cosas, Claudia también debe poner énfasis durante su mandato en demostrar qué realmente quiere y puede quitarles el dominio territorial que tienen hoy en día dos famosos grupos delictivos.
El Cártel Jalisco Nueva Generación y su “némesis” con cuartel general en Sinaloa. Ambas organizaciones no sólo en condiciones operativas vigentes, sino más organizadas y poderosas que en el pasado.
Al respecto, existen especulaciones de que dichos grupos criminales, se han apoderado del control de la mitad del territorio nacional.
De tal suerte que el reto para el nuevo gobierno de la primera mujer presidenta es más que difícil de superar pronto y eficazmente.
Podría decirse que por más que deba y quiera combatir a los cárteles dedicados a delinquir, (abarcando toda clase de posibilidades de despojar de bienes a la población en general), Claudia Sheinbaum tendrá que esmerarse en esa tarea para ver si puede hacer lo que no hizo su antecesor.
En ese contexto, lo mismo se puede considerar en cuanto a la corrupción, que definitivamente amerita acciones más efectivas y pruebas de que no habrá doble rasero para castigar a los corruptos sobre todo si son “los de casa”.
De modo que las políticas a seguir con el nuevo gobierno serán bien vistas incluso por los críticos de Morena si los resultados son claramente positivos, aunque en materia de cambios a los criterios que no han servido y deban ser sustituidos se tenga que decir en esto o en aquello prevalecerá la voluntad de Claudia y no más AMLO.