El Presidente ya no necesita votos
Armando Ríos Ruiz lunes 30, Sep 2024Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Hoy en la noche termina uno de los ejercicios presidenciales más nefastos en la larga historia de México, con la amenaza del Presidente de quedarse a “aclimatarse”, cuando esto depende en realidad de largarse a su rancho en Chiapas. De tal suerte que muchos han interpretado sus palabras como el hecho de dar las gracias a Claudia, por haberle ayudado a engañar una vez más a los mexicanos y prolongar su mandato de manera indefinida, tal y como lo denuncian sus ganas.
No son pocos los que han advertido este hecho posible, de acuerdo con experiencias anteriores en las que ha dicho y prometido una cosa y resultó con exactamente lo contrario. Como cuando dijo que lo dieran por muerto ante las futuras elecciones presidenciales y a la hora de la hora ya estaba listo para graznar con esa voz que taladra los oídos por insoportable, ante sus delirantes seguidores y que martirizó a los mexicanos durante casi seis largos años.
Como cuando juró, al tomar posesión como Primer Mandatario, obedecer y hacer obedecer la Constitución y también durante su mandato la quebrantó cuantas veces quiso e inclusive, para hacer notar el tamaño de su ego, dijo a su Congreso: ¡No me vengan con que la ley es la ley! Como muestra clarísima de su total falta de respeto a la misma, porque, igual que Luis XIV, El Rey Sol: “el Estado es él”, porque seguramente Dios lo envió a gobernar un país de su propiedad absoluta.
Como cuando prometió combatir la corrupción, desde antes de su arribo al máximo poder, como propuesta para convencer a sus ciegos seguidores y acabó exactamente en el lado opuesto, al permitirla con la admisión complaciente de la delincuencia organizada, a la que hubiera querido celebrar con actos públicos con invitación especial, para agradecer su indiscutible valiosa ayuda, en momentos de elecciones y con sus visitas continuas al corazón de su morada en la sierra sinaloense.
Como cuando dijo en muchas ocasiones que sus hijos son ejemplo de honestidad, a pesar de las pruebas de que se convirtieron, sin trabajar, en millonarios visitantes de paraísos de recreo, los más caros, visitados por los verdaderos súper millonarios en dólares y en euros del mundo y cuando se descubrió que hicieron grandes negocios con sus obras insignia, al venderles materiales de ínfima categoría, sin importarles un bledo un accidente de dimensiones catastróficas lamentables.
Ejemplos de traiciones a su propia palabra como los anteriores sobran, acompañados de otros, como el hecho de reconocer públicamente a sus ineficientes funcionarios, acusados además de tener graves problemas legales, al decir públicamente: “yo confío en él, que también reviste un insoslayable acto de corrupción. Aunque anteriormente disculpó de esa manera a verdaderos impresentables, a quienes arropó con esta expresión incalificable.
El sábado, nada menos, estuvo en Sinaloa para inaugurar un sistema de riego junto con el gobernador Rubén Rocha Moya y mientras hablaban lindezas durante este acto, el estado ardía en más balaceras, quemas de camiones y otras amenazas para la población, que no encuentra refugio fácilmente para protegerse del peligro al que está sometida, a causa de balas perdidas. En una demostración de otra de sus gigantescas mentiras, de su gran amor por el pueblo, que tanto le aplauden.
En esta ocasión, el flamante gobernador agradeció su visita. Pero no faltaron quienes interpretaron este agradecimiento como parte de su propia complacencia, porque su agradecimiento en realidad, es por permitirle continuar en un cargo que en realidad ha manchado con su presencia, también manchada desde antes de su arribo y hoy por su probada ineficiencia, rebasado por la delincuencia sin control.
Y mientras se hacían reconocimientos mutuos, Acapulco sufría los estragos de una tormenta que, para variar, azotó con rabia el puerto suriano sin haberse recuperado aún del Otis, destrozando muchísimos hogares de familias pobres que quedaron en el desamparo y en las costas, los ríos se desbordaron inclusive hacia adentro de los pueblos, sin esperanzas de recibir asistencia de su salvador, por una simple y sencilla razón: Ya no necesita votos.
Estas, y muchas más, son las herencias del salvador de México.