Impúdica obsesión
Alberto Vieyra G. jueves 26, Sep 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
“Se va, pero no se va”, dice la Presidenta científica refiriéndose a su tutor AMLO, ese mismo que todos los días está como la canción de José Alfredo Jiménez de que “te vas y te vas y te vas y no te has ido…”. Y los rancheros allá en mi tierra nos recuerdan la máxima del refranero de nuestros abuelos que “quien muchas veces se despide, pocas ganas tiene de irse”.
¿Pos en qué quedamos pelona, me llevas o no me llevas? ¿Qué es eso de que el país se le está cayendo a pedazos a López Obrador y su enfermiza e impúdica obsesión de placearse por todo el país para despedirse, cuando que si tuviese vergüenza de la herencia maldita que le deja a Claudia mejor haría mutis, pero doña Claudia nos adelanta que se va, pero no se va, es decir que ella portará la banda presidencial desde el 1 de octubre, pero que el bastón de mando se lo lleva AMLO a su finca de horrible nombre?
Si, el Maximato esta políticamente anunciado. Pero también esa impúdica obsesión está en la Presidenta científica, pues cada que puede engaña a los mexicanos con el cuento de que AMLO ha sido el mejor Presidente de México. ¿Mejor presidente de México con una herencia maldita que le deja y con un reguero de muertos por todo el país como si estuviésemos en tiempos de la Revolución Mexicana?
Esta semana, rebasaremos los 200 mil asesinatos dolosos en el sexenio de la muerte que encabeza Andrés Manuel López Obrador, quien es campeón nacional en muertos, pues con Peña Nieto se registraron 150 mil asesinatos dolosos; con el clientulo de López Obrador, el borachín Felipe Calderón se registraron poco más de 122 mil muertos; con Vicente Fox, 60 mil; con Zedillo 79 mil y con Salinas 67 mil asesinatos dolosos.
¿Así qué de dónde sacan sus biógrafos de cabecera de que AMLO ha sido el mejor Presidente de México?
Para la prensa mexicana e internacional, AMLO pasará a la historia como el presidente que todo lo hizo al revés de lo que prometió.
El periódico norteamericano The Washington Post en su edición de este martes 24 de septiembre, enumera con lujo de detalles que López Obrador no cumplió en reducir a menos de la mitad los asesinatos dolosos, tampoco pudo acabar con la impunidad y la corrupción, comenzando por la que protagonizan sus hijos encabezados por Andy López Beltrán con quien, hoy, AMLO hace gala de su nepotismo poniéndolo en un cargo en Morena. Y eso que en la 4T no hay corrupción.
Es hora de los recuentos y la herencia maldita que deja AMLO y entre herencia figura preponderantemente que protagonizo una elección presidencial de Estado con derroches de nuestros dineros públicos para colocar como su sucesora en la silla presidencial a Claudia Sheinbaum.
El ilustre jurista Diego Valadés me envío su reciente libro titulado La norma y la normalidad en el que sostiene la tesis de que “la legitimidad de los gobernantes no depende de la cantidad de votos, sino de la calidad de la elección”.
Calidad y decencia le faltó a la reciente elección presidencial en la que el INE le toleró a su jefe más de 100 trapacerías electorales por las que la historia juzgará a López Obrador como un Presidente “mapache”.