Sobre aviso
Carlos Ramos Padilla miércoles 25, Sep 2024Se comenta sólo con…
Carlos Ramos Padilla
Es notoria la inestabilidad meteorológica que se ha desatado en todo el planeta, resultado del cambio climático. Los daños y alteraciones son más que evidentes. Las alertas preventivas deben y tienen que ser más precisas.
Salvar vidas es prioridad, pero minimizar el deterioro en la producción agrícola, ganadera y en la infraestructura urbana son materia urgente. Miles de millones de pesos se pierden en perjuicio de instalaciones de primer orden como la petrolera o la eléctrica. La red carretera sufre las consecuencias también.
En meses anteriores, el durísimo golpe en Guerrero por el paso del huracán “Otis” fue un contundente ejemplo, principalmente en el puerto de Acapulco.
Esta semana, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda activó los protocolos preventivos de contingencia y ha declarado en sesión permanente al Consejo Estatal de Protección Civil, con el llamado a la población a extremar sus precauciones y atender solamente a la información y comunicados oficiales, ante el ciclón tropical, convertido en huracán “John”, en las costas acapulqueñas.
La primera disposición fue suspender las clases en escuelas públicas y privadas en el puerto y la costa chica (un millón doscientos mil alumnos). Se reforzó el trabajo preventivo en las ocho regiones de Guerrero.
Las dependencias del gobierno estatal instruyen a la población con planes innovadores para proteger sus patrimonios y evitar al máximo una paralización de actividades. Esto demuestra que hay que trastocar la forma de vida y el entendimiento con la naturaleza.
Sobre aviso no hay engaño, pero la disolución, conocimiento y operación marcan la diferencia en cómo emplear la fuerza del poder en beneficio de la comunidad.
En la CDMX, hace unos meses, se vivió al extremo la crisis en el suministro de agua. El líquido fue escaso y las presas, como el Cutzamala en niveles bajísimos, en estos días se revirtió el fenómeno. Enormes espacios urbanos han sido bloqueados por los encharcamientos.
De tiempo atrás, concretamente con Alejandro Encinas al frente del gobierno capitalino se ofrecieron varias alternativas para la administración del agua. No se aplicaron.
Con Marcelo Ebrard se dejaron planes de riego de adoración y captadores de agua de lluvia y se optó por el riego con pipas en camellones en vías de primer orden.
Claudia Sheinbaum dejó una capital con padecimientos de sequía y con permanentes contingencias ambientales. Todo eso tiene que cambiar, incluyendo la recuperación de fondos para la investigación científica. Guerrero está dando ejemplo de cómo hacer las cosas, la pregunta es: qué esperan los demás?