Los roedores
Freddy Sánchez martes 24, Sep 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Hay de empresarios a empresarios.
La mayoría, quizás, afanosamente empeñados en la ganancia de sus negocios.
Y es que no podría ser de otro modo, puesto bien lo dice el dicho: “Negocio que no deja hay que dejarlo”.
En ese aspecto suele ser habitual que los emprendedores que no procuran una obtención apropiada de beneficios económicos en sus quehaceres aparte de perder dinero también pierden sus negocios.
Así que el lucro en el desempeño empresarial es indispensable para que una empresa se mantenga en operación para bien de sus trabajadores, la hacienda pública a la que se le pagan impuestos, los proveedores de bienes y servicios relacionados con el negocio, algunas instancias de carácter social que pueden recibir donativos y como es perfectamente justo y correcto pagar sueldos a sus ejecutivos y reservar la utilidad correspondiente al dueño o dueños de la empresa.
Que un negocio gane mucho dinero no es ninguna acción perversa que deba verse con “ojos de censura” recurriendo a voces de maledicencia.
Los países y sus habitantes tienen a su disposición oportunidades de bienestar donde funcionan empresas productivas y rentables compartiendo sus beneficios socialmente. Y justo en ese punto habría que detenerse para marcar la diferencia entre los empresarios cuya única “ideología” es la de ganar dinero “a manos llenas” para un macro enriquecimiento personal y aquellos hombres de empresa que en sus miras está generar riqueza con propósitos distintos.
Estos últimos no son de los que carecen de escrúpulos como parece el caso de los ávidos contratistas dispuestos a compartir ganancias con sus aliados en los gobiernos, así se trate de los más afamados por sus abusos de poder, represiones y prácticas deshonestas.
Cuántos hombres de negocios como esos habrá comúnmente cercanos al poder sean de izquierda o derecha sus contratantes.
En ese aspecto, cabe mencionar que ciertos empresarios que han tenido relaciones de negocios con algunos gobiernos de derecha partidarios del libre mercado, insólitamente vuelven a negociar con gobiernos de izquierda o de cualquier corte político.
La condición, aparentemente, tiene que ver con ópticas asimétricas respecto a la avaricia común a la hora de cerrar tratos de negocios entre el sector oficial y un segmento particular de empresarios afines.
Es evidente, pues, que hay algunos dueños de empresas que, sin importar a dónde o cerca de quién, siempre andan buscando ganar mucho dinero junto con sus benefactores y al mismo tiempo beneficiarios.
Porque ambas partes se complacen participando en lucrativos negocios para su mutua conveniencia.
Y de ser menester toman cuanto pueden y lo guardan en escondites como los roedores.