Sinaloa: Estado fallido
¬ Luis Ángel García lunes 23, Sep 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
En una de las peores crisis de seguridad después del primer culiacanazo, Sinaloa vive los efectos de la pérdida de gobernabilidad y se ha convertido en un Estado fallido donde no sólo el crimen organizado ha suplido a las autoridades formales, sino que ha afectado a la economía de la entidad y arrebatado la tranquilidad a los ciudadanos que viven en permanente terror.
Un gobernador bajo la sospecha sospecha de tener vínculos con el narcotráfico y permitir sus actividades ilícitas se placea en la CDMX como si no fuera responsable de la situación que sufre el estado del noroeste. En la primera era del partido hegemónico, por menos de lo que sucede hoy en ciudades como Culiacán y Mazatlán, lo hubieran corrido, enfermado o incluso metido a la cárcel como fue el caso del ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, y otros a los que se les presumió la connivencia con el crimen organizado o el enriquecimiento ilícito. Pero en el país de los otros datos no pasa nada.
Uno de los estados más productivos del país, alguna vez considerado el granero de México, hoy ve paralizada toda actividad económica, bajo el yugo no sólo de la comercialización de las drogas y ser asiento de los cárteles más poderosos, sino de la extorsión, el cobro de piso, el secuestro y escenario de continuas masacres, las cuales se justifican como enfrentamiento entre bandas rivales, aunque ahora también hay bajas de las fuerzas armadas.
El “gobernador” Rubén Rocha Moya, de turbio pasado por la UAS, enfrenta señalamientos de los propios barones de la droga de encubrir sus actividades ilícitas e incluso de atestiguar el asesinato de su rival político, el también ex rector de la Universidad y diputado electo panista, Héctor Melesio Cuén Ojeda, ilícito torpemente manejado por la fiscalía estatal para hacerlo pasar como asalto en gasolinera y no ejecución frente al mandatario cuestionado.
Los verdes no ayudan tampoco a atemperar la lamentable situación, ya que el jefe de la zona militar excusó su pasividad con el argumento de que la violencia es producto del enfrentamiento entre grupos delictivos; los civiles y soldados muertos se ven como daños colaterales. Menos abona a resolver la ingobernabilidad cuando el mismo Presidente responsabiliza a los norteamericanos de generar la violencia doméstica por la extradición de “el señor Zambada” y del “Chapito”.
La falta de gobernanza se quiere explicar por causales externas, ellos nunca tienen responsabilidad alguna. Esa impotencia, impericia y falta de estrategias para combatir al crimen organizado convierte a Sinaloa en un Estado fallido, situación que parece extenderse al resto del territorio nacional, como en Sonora —donde el gobierno aconseja no transitar por las carreteras—, Michoacán y sus masacres con drones o la extorsión a limoneros, Morelos y sus asesinatos, Tamaulipas y la alerta a los turistas para que no la visiten, Quintana Roo y el empoderamiento de la delincuencia, Guanajuato y los imparables crímenes, Colima, Jalisco y Nayarit, Veracruz o Tabasco. Sólo el gobierno no se da cuenta que ha perdido la gobernabilidad y que es rehén o está en connivencia con los mafiosos.
Por el bien del estado y mientras se define la situación penal de “El Mayo” en Estados Unidos, ordenen los capos cesar el fuego y que con servicios de inteligencia las fuerzas amadas logren combatir realmente al crimen organizado, el dizque gobernador debiera separarse del cargo y aclarar las imputaciones que hay en su contra como su complicidad con sus paisanos —oriundo de Badiraguato—, si participó en la celada a “El Mayo” y presenció el asesinato de su rival político, además de alejarse del conflicto universitario. Mientras eso no suceda —tiene la palabra la nueva Presidente—, Sinaloa seguirá como un Estado fallido, en detrimento exclusivamente de la trabajadora población sinaloense.