La sinceridad de Marcelo
Ramón Zurita Sahagún martes 23, Ago 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Marcelo Ebrard Casaubón es de los pocos políticos mexicanos que confiesan haber consumido drogas durante su juventud. Otros lo niegan, aunque sus biografías no autorizadas lo condensan.
La revelación del jefe de gobierno del Distrito Federal, difundida en una revista del corazón, toma una singular importancia, porque se trata de uno de los principales aspirantes a la Presidencia de la República.
Y es que en los tiempos violentos que vive el país, los que se acrecentan cada vez más, el que uno de los principales prospectos presidenciales haga semejante confesión con relación a las drogas, es digno de atenderse.
Debe hacerse porque el tema es de importancia primordial para que cada uno de los aspirantes presidenciales revele su agenda sobre sus consideraciones, ya que el tema de las drogas implica el de la seguridad, la violencia y el principal reto de la actualidad y del futuro inmediato.
La primera pregunta que salta sería conocer con detalle cuál sería su accionar contra el narcotráfico, bajo la premisa de que él mismo fue consumidor y no siguió adelante.
Porque en la actualidad los mensajes del gobierno van enfocados a llegar al fondo de la sensibilidad de las familias, argumentado no dejes que tus hijos consuman drogas o caigan en las garras de los narcotraficantes.
Bajo ese esquema, el gobierno mexicano inició una lucha contra la delincuencia organizada, la que hasta el momento deja más de 40 mil muertes y lejos de amilanar a los delincuentes, los convirtió en más osados y retadores.
Lo ocurrido el pasado sábado da cuenta de ello, un partido de futbol de la liga más importante del país, celebrado en Torreón, fue suspendido por un enfrentamiento fuera del estadio, poniendo en riesgo la vida de las 20 mil personas ahí reunidas. Las balas llegaron al interior del propio estadio.
El mismo día en Acapulco, en un taxi se encontraron tres cuerpos descabezados. A unos kilómetros apareció el cadáver de un alcalde y propietarios de gasolinerías y joyerías decidieron cerrar sus locales en protesta por la violencia.
Michoacán se sacude todos los días con los hechos violentos que ahí suceden, mientras Chihuahua, Nuevo León y otros estados cambian su estilo de vida por las constantes incursiones de los delincuentes.
Veracruz es la revelación del año, por la impunidad con que actúan los cárteles de la droga y la frecuencia con que se producen los acontecimientos.
Sinaloa, Tamaulipas, Baja California, Durango dejaron de ser noticia, cuando las muertes vinculadas a sucesos con las drogas y los cárteles de las mismas dejaron de producirse en racimos de 20 en adelante.
Con esta situación, las calificaciones sobre país seguro han bajado considerablemente y la mitad de la República está considerada como zona peligrosa por algunos gobiernos, que aconsejan a sus ciudadanos no venir o extremar precauciones si lo hacen.
Es cierto que los programas del gobierno enfocados a la lucha contra los cárteles de las drogas buscan perfeccionamiento y no se escatiman recursos para ello, pero también lo es que no fructifican en la forma deseada.
Se menciona con mayor frecuencia que en México no sucedían cosas como las que pasan en la actualidad, pero cada vez son menos las que no han ocurrido.
Con asombro veíamos los sucesos de otras naciones, como distantes y sumamente alejados de nuestra realidad, hoy esa capacidad de asombro se perdió.
La década pasada el gobierno mexicano se indignaba cuando se hablaba de la colombianización del país, hoy los indignados son los colombianos, cuando se les compara con México, en su país no sucede lo que aquí.
Secuestros, robos, asesinatos, son hechos cotidianos, salpicados por enfrentamientos en las principales avenidas de ciudades importantes, cierres de calles y carreteras por parte de los delincuentes no impresionan ya.
La aparición de narcofosas con decenas de cadáveres, de descabezados por racimo y la pérdida del miedo y del respeto a la autoridad por parte de los grupos delincuenciales, son los nuevos signos de la violencia en México.
Nada parece intimidarlos y de ello dan cuenta sus incursiones en terrenos antes vedados para ellos que hacen que la palabra antes no sucedía se pierda en la oscuridad del tiempo pasado.
Con todo y ello, el Ejecutivo mantiene en sus cargos a los mismos personajes que han mostrado una total incapacidad ante la delincuencia organizada y cuyos planes y estrategias se estrellan en el muro de la indiferencia de los jefes de los grupos delincuenciales.
Eso sí, son los mismos que tratan de vender espejismos a la esperanza ciudadanía, presentando a una serie de forajidos de poca monta que montados en grandes escenarios parecen estrellas relumbrantes.
CIEN DÍAS
Al cumplirse los primeros cien días del gobierno priísta de La Paz, Baja California Sur, que encabeza Esthela Ponce Beltrán, comienzan a mostrarse los significativos cambios impuestos por su administración.
Se puso en marcha el programa “Mejorando tu casa”, que comprende la reparación y pavimentación de vialidades así como la nomenclatura de las mismas; limpieza permanente de playas y jornadas de limpieza a colonias del municipio.
Se han entregado 800 tinacos con un subsidio del 50 por ciento. Asimismo, se ha atendido a 478 beneficiarios del programa de vivienda en la modalidad de ampliación y mil 233 en la modalidad de mejoramiento y rehabilitación.
También se inauguró el servicio de internet para todos, con 11 sitios en una primera etapa y se iniciaron los programas de microcréditos a estudiantes de nivel medio y superior para la compra de computadoras y de entrega de zapatos para todos los estudiantes de escuelas secundarias públicas.
De esta manera, la alcaldesa inicia el cumplimiento de la serie de compromisos adquiridos durante la campaña electoral.