El mal está hecho
Freddy Sánchez martes 10, Sep 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Cuáles serán los retos y riesgos para los jueces que lleguen por el voto popular.
Lo primero tiene que ver con su conocimiento no sólo de las leyes que deberán aplicar, sino de los habituales “tejes y manejes” en la administración de la justicia.
Y en este aspecto hay que decirlo sin tapujos porque los juzgadores prácticamente comenzarán a caminar “a ciegas” en el complejo terreno de las prácticas legales.
La razón es que no es lo mismo “ver los toros desde la barrera”, razón por la que los tres años de ejercicio profesional que deberán tener los futuros jueces electos popularmente (salvo otros criterios por adoptar en la reforma judicial), definitivamente no garantizan que quienes vayan a juzgar tengan las habilidades obligadas para un desempeño eficaz o medianamente competente para no dejarse engañar.
Es de suponer que los secretarios de juzgado con experiencia serán los que como “los tuertos en el mundo de los ciegos” gocen de la confianza de los jueces para resolver en casos difíciles.
Y justo en este punto se plantea un riego no menor para los neo juzgadores que habrán de enfrentar presiones de distinta índole para favorecer ciertos intereses jurídicos y perjudicar otros.
Lo mismo que habitualmente “enrarece” el clima en materia de justicia habida cuenta de los que procuran influir en la interpretación de las normas legales a efecto de obtener sentencias a su favor.
De ahí la creencia de quienes dudan que la corrupción judicial se logre erradicar por el sólo hecho de que a los jueces los elija la gente.
Una cuestión que se ha polemizado con la afirmación de diversos críticos de la reforma judicial diciendo que es una vil mentira que se dará una elección popular de jueces.
En ese tenor, mucho se ha mencionado que un inevitable “manoseo” con la propuesta de candidatos, en particular para magistrados y ministros dará por resultado que los elegidos para competir electoralmente por los cargos judiciales sean “palomeados” previamente.
De modo que los preferidos podrán ser los que inspiren más confianza sobre todo al Poder Ejecutivo e incluso se declaren abiertamente partidarios de la 4T para “colarse” como candidatos.
Así que a decir de opositores a la reforma como fue concebida por AMLO y ha pasado virtualmente “intacta” en las instancias legislativas “el plan con maña” consiste en engañar al electorado con candidatos supuestamente independientes e imparciales siendo que llevarán “los colores de Morena”.
Y los que pudieran “salirse del huacal” correrán el riesgo de que los condene un tribunal creado a la medida de intereses del gobierno en turno, según algunos adversarios políticos.
Los mismos que han dicho y reiterado que los nuevos jueces pueden seguir siendo víctimas del crimen organizado sometiéndolos a su política de “plata o plomo”.
De ahí que haya quienes piensen que de aplicarse la reforma como la propuso Andrés Manuel lo único que quedaría por decir es que el mal está hecho.