Claudia Sheinbaum sería la más beneficiada
¬ Francisco Reynoso martes 10, Sep 2024Triple Erre
Francisco Reynoso
“Primero afusílelo y luego verigüe…”. Eso mismo que, dícese, era consigna de Pancho Villa para hacer justicia, pretenden hacer los senadores lopezobradoristas.
Por las afirmaciones hechas por el presidente de la mesa directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña —changoleón lo llama Lilly Téllez— las huestes cuatroteistas planean aprobar la reforma judicial con 85 votos y sostener que esa cantidad representa la mayoría calificada, indispensable para enmiendas a la Constitución General de la República.
Y ya aprobada la reforma, vendrán los juicios, reclamos, protestas, plantones, mentadas de madre y lo que surja, pero difícilmente se le meterá reversa.
Algunos legisladores, como Manuel Velasco, coordinador de la bancada verde, consideran que la mayoría calificada se alcanza con 86 senadores. Existen antecedentes de ello. Sin embargo, como decía Villa, “… usted chíngeselo y luego ya veremos si el difunto era o no culpable”.
¿A poco se atreverían?, pregunta un ingenuo.
La 4T da para eso y para mucho más… le decía Paquito a La Bandida.
Fernández Noroña los grupos lopezobradoristas del Senado están envalentonados y se sienten, ellos sí, dueños de México. Y con facultades suficientes para decidir si el vaso está medio lleno o medio vacío.
Si el pueblo lo quiere, el pueblo lo puede, dicen y para todo quieren echar por delante al pueblo.
Y es que a 24 horas del momento más importante en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador sienten que los 43 senadores de PRI, PAN y Movimiento Ciudadano podrían tirar el “plan C” por el excusado y mandar al bienamado a su rancho con la venganza clavada en la espalda.
Velasco Coello hace días alardeó que ya se tenían asegurada la mayoría calificada. Adán Augusto se encabritó y lo desacreditó públicamente. Ya tenía en la bolsa a los senadores del PRD y se anticipó su destape como neomorenistas.
El adelantar las cosas provocó que las negociaciones para reclutar al senador 86 se le complicaran a Adán Augusto. Que la mercancía se le encareciera. Y es muy posible que todo ese alboroto chivió a los senadores que tejía acuerdos con el ex secretario de Gobernación y se rajaran.
Como están las cosas, se perfila un escenario tormentoso. Los expertos en derecho constitucional pronostican una crisis constitucional.
Los 43 le harían un gran favor a Sheinbaum
El otro escenario previsible es que en el Senado se respete la disposición de que las dos terceras partes de la cámara la forman 86 y no 85 senadores y que los 43 de la oposición se mantengan firmes, sin escuchar el canto de las sirenas y voten contra la reforma judicial y maten, al menos por un año, la cereza del pastel de despedida de López Obrador.
No son pocos los que opinan que si esto sucediera, la más beneficiada sería la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Y secretamente les quedaría muy agradecida a los 43 de la oposición.
Y es que si se aprueba la reforma judicial recibirá un país en llamas, con capitales en fuga y con la desconfianza de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá. Y la revisión del T-MEC se complicaría en grado sumo, máxime si regresa a la Casa Blanca Donald Trump.
Los 43 de Ayotzinapa se convirtieron en una mancha negra indeleble en el sexenio de López Obrador. Y es que desde antes de llegar a la presidencia de la República se comprometió con los padres de los normalistas a encontrarlos, al menos sus cuerpos o restos, hallar también a los culpables y castigarlos con todo el peso de la ley.
Pero a López Obrador se le enredó la pita. Y el informe que presentó en 2023 el entonces subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, llevó a los padres de los normalistas y a su abogado, Vidulfo Rosales, a la conclusión de que López Obrador estaba encubriendo al Ejército y a altos funcionarios del sexenio pasado, encabezados por el presidente Enrique Peña Nieto.
En contra del “licenciado Peña Nieto —dijo el presidente López— no hay ninguna investigación abierta.
Evidentemente, López no quiere broncas con los machuchones del Ejército —además de obras públicas y otras posibilidades de hacer negocios que tengan contentos y sosegados a los generales— le da su amor. Y les recuerda que amor con amor se paga.
Y López Obrador —ahí quién sabe que negocios hicieron— tampoco quiere pleitos con Peña Nieto y sus compadres.
Así las cosas, el caso de los 43 de Ayotzinapa, sin solución y sin culpables, le fastidiaron el sexenio a López Obrador.
Y los 43 de la oposición le pueden fastidiar su retirada. Porque es obvio que si la reforma judicial, que precisa modificaciones a la Constitución, no pasa la aduana del Senado, tampoco lo harán las otras iniciativas constitucionales del Plan C, entre ellas desaparecer órganos autónomos y transferir la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
De ocurrir esto —reiteramos— la más beneficiada y agradecida sería la presidenta Sheinbaum. Gobernaría en un país más sosegado, diría su bienamado López Obrador.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos