Para la reforma judicial sólo falta conocer quién “ayudará” a Morena
Miguel Ángel Rivera jueves 5, Sep 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
“No hay poder que lo detenga”, afirmó el “entenado” de Morena y presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, al reafirmar que la reforma al Poder Judicial quedará concluida la semana venidera, sin que la puedan contener marchas y bloqueos de los opositores.
Como siempre, a pesar de los desaires de que ha sido objeto por parte del partido oficial, Morena, el legislador del PT, busca distinguirse como defensor de la llamada Cuarta Transformación y “quedar bien”, con el “compañero presidente”, como se refiere siempre a Andrés Manuel López Obrador.
Por lo demás, es más que sabido que la reforma al Poder Judicial impulsada por el inquilino de Palacio Nacional será aprobada también en el Senado, como ya sucedió en la Cámara de Diputados, a pesar de las molestias para los legisladores oficialistas que significó dejar su sede del Palacio Legislativo de San Lázaro, por el bloqueo de trabajadores del Poder Judicial, respaldados por otras organizaciones sociales.
Lo único que resta es conocer el nombre del “traidor” o “traidores” que concedan su voto o su ausencia, para cambiar las cifras de los senadores necesarios para conceder a Morena y sus rémoras la mayoría calificada necesaria para aprobar los cambios que serán el “regalo” de despedida a López Obrador, antes de que concluya su periodo legal, aunque se sospecha que desde La Chingada (así se llama su residencia campestre de Palenque, Chiapas) seguirá teniendo los controles de la vida política nacional.
Como es bastante conocido, el oficialismo tiene un total de 85 senadores, con lo cual le falta un sólo voto para alcanzar la mayoría calificada necesaria para modificar la Constitución y hasta el momento se mantiene el secreto acerca de quién o quiénes, dentro de la oposición, facilitarán el trámite.
No se requiere que ese o esos facilitador(es) voten abiertamente al lado del oficialismo. Basta con que uno o varios de los integrantes de las fracciones parlamentarias de oposición se ausenten para que cambien los equilibrios se alteren, pues la Carta Magna establece que para que las modificaciones resulten válidas se requiere el voto de las dos terceras partes de los senadores presentes. Es decir, los 85 senadores oficialistas serán suficientes, sin que nadie de la oposición se les sume, en caso de que no estén presentes la totalidad de los 128 integrantes de esa Cámara.
Por el momento, el más señalado es el ex gobernador de Coahuila, el priista Miguel Riquelme Solís, de quien se augura que no asistirá a la definitoria sesión del Senado, debido a problemas de salud que le han obligado a internarse en un hospital.
De acuerdo con nota del diario La Jornada, firmada por su corresponsal en Saltillo, Leopoldo Ramos, con fecha 2 de septiembre, “el senador priista por Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, fue hospitalizado este lunes por la tarde, en Saltillo. Se especuló que fue víctima de un infarto cardíaco, pero su oficina de prensa aseguró que se sometió a una revisión médica general.
“Riquelme, gobernador de Coahuila de 2017 a 2023, llegó este lunes a Saltillo después de participar el domingo en la sesión de instalación de la legislatura federal…
“La fuente informó que Riquelme se mantendrá internado en el nosocomio a la espera de que terminen los diferentes estudios médicos que se le practican para dar certeza a su estado de salud y continuar con sus actividades en la nueva encomienda que tiene en el Senado de la República en donde inició funciones el pasado domingo 1 de septiembre, dentro de la LXVI Legislatura Federal”.
A propósito de ausencias, también dentro de las filas oficialistas, todos los legisladores están bajo vigilancia intensa. Por ejemplo, está el caso de la ex ministra de la Suprema Corte, ex senadora y ahora diputada por Morena, Olga Sánchez Cordero, quien ha quedado en entredicho desde hace días, al inicio del proceso para la reforma judicial, debido a un voto particular cuando formaba parte de la Suprema Corte de Justicia, en donde se declaró en contra de la elección de los integrantes de ese máximo tribunal.
El hecho es que Sánchez Cordero no asistió a la sesión de la Cámara de Diputados en donde se aprobó la reforma al Poder Judicial, del cual recibe pensión, aunque su ausencia no resultó definitoria, por la amplia ventaja en número que tiene el oficialismo en esa Cámara, gracias a las obsequiosas decisiones del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
La diputada Sánchez Cordero no asistió, pues reportó que estaba indispuesta e iba a ser hospitalizada.
Esto provocó suspicacias, por lo cual fue necesaria la intervención del coordinador de la bancada de Morena, Ricardo Monreal, quien también fue líder del Senado en la pasada Legislatura.
Dijo que, en caso de ser una mentira, el malestar de Sánchez Cordero pesaría en su conciencia, aunque la respetaban: “Es su conciencia. Si así fuera, allá ella. Si está enferma, que se recupere (…) Pero nosotros la respetamos”.
Las suspicacias surgieron la ex ministra había expresado desacuerdo con algunos puntos de la reforma, como es el asunto de los requisitos de idoneidad para los perfiles de jueces, ministros y magistrados, los cuales habrían sido rechazados.
“Yo ya entregué mi propuesta, son propuestas propositivas, teniendo en consideración los irreductibles (…) las más importantes son los requisitos de idoneidad, el perfil de quienes irán a las urnas”, señaló Sánchez Cordero respecto a su propuesta de modificar la iniciativa que recibieron de Palacio Nacional.
En contra de sospechas, la legisladora “morena” se disculpó mediante las redes sociales, en donde escribió que “tras las reuniones que tuvimos en la Cámara de Diputados comencé a sentirme mal. Hoy muy temprano acudí a consulta con mi cardiólogo, quien decidió hospitalizarme”.
El hecho es que se da por descontado que, con voto explícito de algún integrante de la “oposición” o por ausencias que modifiquen el total de legisladores necesarios para aprobar la reforma, se da por seguro que el oficialismo logrará los cambios para concretar el “regalo” al cacique de la llamada Cuarta Transformación.
La única aparente dificultad para los senadores del oficialismo consiste en que tendrán que sesionar en domingo, lo cual a pesar de las molestias también les ofrece la seguridad de que no habrá mucha resistencia y, tal vez, puedan trabajar en su sede oficial de la avenida Reforma.
Por lo pronto, el mencionado presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, informó que la Cámara recibió la minuta sobre la reforma al Poder Judicial recién aprobada por la Cámara de Diputados.
Acompañado de la vicepresidenta de la Mesa Directiva, Imelda Castro Castro, Fernández Noroña dijo que el documento se turnó de manera directa a las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, presididas respectivamente por las senadoras Ernestina Godoy Ramos —hasta hace poco procuradora de Justicia de la CDMX que no logró ser ratificada en el cargo— y Citlalli Hernández Mora, todavía secretaria general de Morena, que a partir de octubre venidero será titular de la nueva Secretaría de la Mujer, anunciada por la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo.
En tanto, el presidente del PRI, Alejandro Moreno, afirmó que así como lo hicieron los diputados federales del tricolor, los senadores priistas votarán en contra de la reforma judicial, porque el futuro de México depende de la defensa de nuestra democracia.
“¡No a la reforma judicial!”, expresó el dirigente nacional del instituto político en un mensaje publicado en sus redes sociales, en el que adelantó que “tal como lo hicimos en la Cámara de Diputados, lo haremos en el Senado de la República”.
El dirigente del tricolor ratificó que “nuestro voto es EN CONTRA de la tóxica y dañina reforma judicial”.
Por separado, el Comité Ejecutivo Nacional del partido expresó su reconocimiento a los integrantes del grupo parlamentario en la Cámara de Diputados.
Destacó que “votaron en contra de la reforma al Poder Judicial, ya que no es más que una venganza política contra un poder que ha cumplido con su deber de velar por el respeto a la Constitución”.
De cualquier forma se mantiene la sospecha de que algún senador de “oposición” facilitará la reforma, como lo hicieron dos del desaparecido PRD.