Casas de Bartlett
Freddy Sánchez jueves 5, Sep 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Que no cunda el pánico”…
Aunque no es para menos la inquietud que provocó entre la gente un acto de gobierno en la Ciudad de México.
Se trata de un nuevo criterio constitucional sobre la propiedad privada lo que se anunció en la gaceta oficial.
Y de inmediato surgieron manifestaciones de indignación (alentadas en las redes sociales), propalándose una suspicacia que caló hondo en no pocos que dieron por hecho la supresión de la propiedad privada.
Y no sólo eso sino que algunos atribuyeron en las intenciones del gobierno presente y futuro de la 4T la preparación de un despojo de viviendas de unos dueños actuales para dárselas a otros.
Algo así como una escalada violenta del gobierno contra los propietarios de inmuebles privados con la abusiva decisión institucional de quitarles sus departamentos o residencias y ponerlas a disposición de los simpatizantes de Morena.
La cuestión es que dicha ola de temores entre los que tomaron con sobresalto la acción del gobierno de la ciudad respecto a un criterio distinto que se aplicará sobre los derechos privados en la posesión de viviendas fue una interpretación aparentemente alarmista.
Porque a decir de quienes salieron a calmar inquietudes en realidad sólo se trata de emparejar la Constitución de la Ciudad de México con lo estipulado en la Carta Magna.
En ese aspecto, se aclaró que el artículo tercero de la constitución local se equiparó con lo que establece el 27 constitucional federal vigente desde hace mucho tiempo sin que su contenido haya dado lugar a expropiaciones masivas de propiedades privadas en México.
Y es que lo que se quiere lograr con la homologación entre ambas disposiciones constitucionales es contener libertades de grandes monopolios inmobiliarios para seguir creciendo arbitrariamente.
Así las cosas, los habitantes y dueños de casas habitación de la capital del país no estarían en riesgo inminente de ser despojados de sus propiedades privadas.
Hay que señalar, eso sí, que las tierras y aguas en la Ciudad de México tendrán como su dueño primario al Estado, que estará en libertad de dictar las modalidades de la propiedad privada, pudiendo expropiar viviendas por razones de interés público, pagando indemnización a los afectados y destinando dichos inmuebles o los espacios que ocuoen para otros fines de carácter social.
Algo que se determina en la Constitución federal, no siendo por ahora un camino a seguir para despojar de propiedades privadas a unos en aras de favorecer a otros.
Y es que de llegar a suceder una acción institucional como esas distintas voces han externado que en todo casos las afectaciones empiecen con bienes inmuebles que sean propiedad de personajes de primer nivel en las instancias de poder de Morena y su Cuarta Trasformación. Digamos por ejemplo: las casas de Bartlett.