¿Cinismo o desvergüenza?
Ramón Zurita Sahagún lunes 22, Ago 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los plazos fatales no son para nada situaciones que impacten u ocasionen alteraciones de ninguna clase a los políticos mexicanos.
Son vistos como tiempos en que no habrán de cumplir con las promesas y podrán jugar con ellos a su antojo, sin que ello melle en su trayectoria.
Por eso, transitan por la vida sin la preocupación de cumplir en tiempos y espacios ofrecimientos de campaña o compromisos que les son impuestos en muchos de los casos.
Tres años han transcurridos desde aquel famoso discurso pronunciado por Alejandro Martí, donde propuso a los funcionarios, si no pueden renuncien y, pues nadie lo hizo.
No es que los colaboradores del presidente Calderón o los funcionarios estatales o municipales hubiesen respondido a las expectativas ciudadanas, con eficacia y eficiencia en el desarrollo de sus actividades.
O que la lucha contra la delincuencia y la violencia se encuentre en una etapa de resultados promisorios. Por el contrario, la violencia se encuentra en una de sus expresiones más grandes y los delincuentes operan con total impunidad.
Tampoco es que se produjeran cambios en los altos mandos o que los personajes en cuestión hubiesen sido cesados y que se les da un voto de confianza a los nuevos servidores públicos que se enfrascan en una feroz batalla contra la delincuencia.
Es más bien la muestra del grado de cinismo de estos personajes, que con total desvergüenza no dan resultados, pero se aferran a los cargos.
Celebran mediáticamente pequeños triunfos, manifestados en la detención de personajes desconocidos que son magnificados y mostrados como los grandes ejecutores, con lo que se declaran satisfechos de despejar la incógnita sobre un creciente número de crímenes y dejar en claro su gran capacidad de investigación.
Sin embargo, la violencia permea por todo el país y supera la capacidad de asombro de propios y extraños, desplazándose por los distintos estados del país.
Los asesinatos continúan produciéndose por racimo, indistintamente hombres, mujeres y niños, pobres y ricos, jóvenes y viejos, caen abatidos por las balas o las afiladas armas blancas que usan los promotores de la violencia.
Se guardan cifras y la información ya no fluye como antes sobre lo sucedido, debido a un pacto para no hacer apología de la violencia, cuando la propia autoridad lo hace, mostrando por los medios electrónicos a los detenidos, a los que se le suman delitos y crímenes al por mayor.
Se les presenta como los grandes capos y se le atribuyen cientos de muertos, algunos de ellos realizados en forma directa y otros por instrucciones suyas.
Sin embargo, las víctimas se siguen produciendo por racimos y apenas en el fin de semana, el número prosiguió su conteo, superando con creces la cifra de 40 mil muertos en el sexenio, al que le resta poco más de un año.
¿Y las autoridades, aquellas a las que reclamaba un crítico Martí, dónde están?
Siguen en el mismo lugar, en el que se encontraban, son los mismos personajes los que combaten al crimen organizado y entregan cuentas parciales sobre su desempeño, pero que les son suficientes para mostrar su eficacia.
¿Algo ha cambiado en estos tres años desde que Martí lanzó su proclama?
Si, el tono del propio Martí, quien es ahora el compañero de fórmula de Juan Ramón de la Fuente, para cuanto cargo de elección se destaque.
Martí es entusiasmado por los políticos como un prospecto firme para cuanto cargo de elección popular de importancia salta, sin que en ninguno de ellos se le enliste en serio.
Se convirtió en un crítico formal a modo para los políticos y autoridades, los mismos que mencionan constantemente su nombre entre los elegibles para casos de emergencia, si es que sus prospectos no les crecen.
Como Juan Ramón de la Fuente, Alejandro Martí, es sembrado entre los supuestos aspirantes ciudadanos, dándoles atole con el dedo, ya que sus nombres no figuran realmente dentro de los esquemas de los partidos.
Ni el ex rector, ni mucho menos el empresario, son ubicados por la ciudadanía en la dimensión que ellos creen tener y no figuran en los diferentes tipos de encuestas.
Hace unos días, Roy Campos, encuestador de una de las principales casas dedicadas al tema, refería que en los distintos levantamientos que realiza no aparece De la Fuente, porque la ciudadanía no expresa, ni sugiere su nombre.
“COCOA”
Ya se vio que Luisa María Calderón contará con la fuerza incondicional del gobierno federal en su búsqueda del gobierno de Michoacán.
La hermana mayor del Presidente de la República fue cobijada por cuatro de los cinco aspirantes que mantienen vivas sus esperanzas por alcanzar la candidatura presidencial del PAN.
Alonso Lujambio, Emilio González, Josefina Vázquez y Ernesto Cordero fueron prestos a darle el respaldo necesario a “Cocoa”.
Eso sí, Santiago Creel mostró que mantiene su distancia de la familia presidencial y que en su propósito de conquistar la candidatura de su partido se mantiene como el “Llanero solitario”, acompañado de su fiel (“Toro”).
El registro de la candidatura de Luisa María fue como se esperaba, un evento majestuoso, para cubrir las expectativas de quien sufre enormemente por las condiciones en que se encuentra su estado y por eso rompió la promesa de no participar en política durante la administración sexenal de su hermano.
De no privar las condiciones de desastre en que se encuentra sumido Michoacán, por el acoso de la delincuencia y los constantes yerros del gobierno de Leonel Godoy, la valiente “Cocoa” se mantendría al margen de la actividad política.
ROJAS ARÉVALO
Merecido que el nombre de Armando Rojas Arévalo se le haya puesto a la Casa de Cultura de Arriaga, Chiapas, su lugar de nacimiento.
Rojas Arévalo se ha destacado dentro del periodismo nacional, con una larga y fecunda trayectoria, por lo que le enviamos una felicitación y un abrazo.