Dos bombas
Alberto Vieyra G. lunes 2, Sep 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El fallecido ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa advertía que AMLO heredaría a su sucesor “un cartucho de dinamita”. Se quedó corto el muy brillante economista que dejo el cargo por no estar de acuerdo sobre como quería AMLO que se manejarán las finanzas públicas.
AMLO montó en cólera cuando Carlos Urzúa revelo que la cancelación del Aeropuerto de Texcoco significo para el pueblo de México un despilfarro de más de 3 mil millones de dólares que tendremos que pagar con nuestros impuestos los mexicanos.
AMLO argumentó que la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, que pondría a México en el liderazgo de los países de primer mundo como un aeropuerto de los mejores, se debió a cuestiones de corrupción. Eran las primeras mentiras de a kilo de AMLO y los ingenuos se lo creyeron, pero la realidad es que hasta este momento ninguno de esos corruptos que estaban invirtiendo en Texcoco o le estaban trabajando al gobierno han pisado la cárcel. Todo se debió a una vil patraña de AMLO, quien optaría por hacer un pichurriento aeropuerto conocido como el AIFA con más despilfarros económicos y del que no vuelan ni las moscan ni los avioncitos de papel.
Don Carlos Urzúa tenía razón porque en el recuento de las herencias malditas que AMLO le deja a la científica Claudia Sheinbaum no solo le deja un cartucho de dinamita a punto de explotar, sino que le deja muchas bombas atómicas, un par de las cuales se ciernen ya sobre México: Primera, la inminente devaluación con fuga de capitales y dos, la probable cancelación del Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá.
Cuando AMLO ratifico dicho tratado no supo ni lo que había firmado y, es más, le puedo apostar doble contra sencillo que no lo ha leído de qué trata el tratado comercial que incluye preponderantemente una cláusula “de apertura democrática”, así se llama y en la que el presidente en turno evitará por todos los medios que su partido reviva la nefasta era de la llamada dictadura perfecta encabezada por el PRI.
Se trata de que la democracia mexicana sea pluripartidista y no que el poder lo concentre un solo partido y un solo hombre en sus manos. Ese es el hipo norteamericano, pero viene algo todavía más gordo. En su campaña la bestia trumpiana está revelando que AMLO está violando el Tratado de Libre Comercio toda vez que le está abriendo el zaguán a las grandes automotrices chinas para que se instalen en México y luego les podamos vender a los gringos autos y autopartes más caras y en dólares.
En caso de ganar Donald Trump las llaves de la Casa Blanca, le aseguro que mandaría traer inmediata mismo a la primera presidenta de México para ver si es como AMLO de agachona y le dice con singular cinturita de mantequilla “sí, señor presidente… lo que usted diga, señor presidente”. Así de fácil Donald Trump doblego a AMLO con el asunto de la migración y las drogas y hasta le puso 28 mil soldados de la Guardia Nacional para que cuidaran la frontera con Guatemala.
Hoy, Estados Unidos tiene celosamente guardado y vigilado las 24 horas del día a la bomba atómica llamada Ismael “el Mayo” Zambada, quien en un dos por tres chamusco a su muchachito el gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya y qué le costará darle en la rechintola a López Obrador y a su sucesora. Así es de que vayas bombas se ciernen sobre México.