Después de los insultos llegaron los votos por llegar a acuerdos en la Permanente
Miguel Ángel Rivera miércoles 28, Ago 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
En una sesión que inició con rasgos de la profunda división existente en el país, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión concluyó labores con un llamado conjunto, del oficialismo y de la oposición, a buscar la unidad y la colaboración para avanzar en la superación nacional.
El cambio de la agresión a la búsqueda de acuerdos fue muy notable.
Para empezar, el título de la agenda política, impuesto por la mayoría oficialista, implicó una grave descalificación al Poder Judicial de la Federación, el cual está actualmente en capilla porque, por instrucciones de su líder y guía, Morena y sus rémoras tienen lista una iniciativa de reforma constitucional para desaparecer a las actuales instituciones autónomas para sustituirlas por otras sometidas absolutamente al titular del Poder Ejecutivo, lo cual contraviene los principios constitucionales que establecen la división de poderes, con fundamento del sistema democrático nacional.
Decimos que esa actitud agresiva y despectiva del oficialismo contra la oposición empezó por el título del tema de debate político, que se denominó: “La Suprema vendepatrias”.
Obviamente, el título responde al encono del inquilino de Palacio Nacional en contra del tribunal constitucional que se ha negado, con fundamento en la Constitución y demás leyes nacionales, a aprobar incondicionalmente los designios del político de Macuspana.
Pero no fue suficiente con esa descalificación, pues el primer orador de la sesión de ayer —con la cual la Permanente cerró sus actividades en el actual receso legislativo— el senador del PT, pero que trata de ser considerado el principal defensor de la llamada Cuarta Transformación, Benjamín Robles Montoya arrancó con severas críticas contra el Poder Judicial, la oposición y hasta contra los medios de comunicación:
“Efectivamente, hoy estamos convocados para hablar de la Suprema Corte de Justicia de la Nación bajo el título “La Suprema vendepatrias”.
“Y es que hay que decirlo, la oposición, sus periodistas afines, los intereses económicos y, desde luego, sus cómplices ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, magistrados y jueces, andan tan desesperados, pero tan desesperados por preservar sus privilegios, su nepotismo, su esquema de corrupción y complicidades, que han intensificado la andanada en contra de la reforma al Poder Judicial.
“Y ahí está nuestro vecino del norte haciendo el papel de comparsa, sin caer en cuenta que es como el “burro hablando de orejas”, porque como puntualmente lo reviró la Presidenta Electa, en Estados Unidos hay elección de jueces por voto popular.
“Así es que yo pregunto con qué cara se atreven a decir que se pone en riesgo la independencia judicial”, remató el belicoso defensor de la llamada Cuarta Transformación, quien remató su intervención con vivas a López Obrador y a la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo.
De inmediato le reviró el diputado panista Miguel Rodarte de Lara, quien refutó que contra el descalificador título del tema de debate, “la Corte les volvió a cerrar la boca; la Corte volvió a demostrarles que es un poder independiente; la Corte les volvió a demostrar que en México si existe un Tribunal constitucional”.
Esto porque circulan versiones, a las que dio credibilidad el subcoordinador de la bancada de Morena, el ex priista Leonel Godoy, en el sentido de que la Suprema Corte prepara una sentencia contra la sobrerrepresentación. Ayer no hubo debate porque la sesión del máximo tribunal se suspendió en respaldo al paro de los trabajadores del Poder Judicial.
La despedida resultó amistosa
El debate continuó enconado con descalificaciones de ambas partes, lo que por parte del oficialismo incluyó lanzar el grito de “¡traidores!” en contra de la oposición.
Fue tan intensa la discusión que en tres ocasiones, los diputados y senadores votaron mayoritariamente por continuar la discusión, que llevó horas.
La situación cambió cuando se entró al terreno de las despedidas. En esta fase de la sesión parecieron olvidarse los agravios y surgieron las frases elogiosas y los reconocimientos.
En este cambio de tono influyó el discurso de la senadora del PRI, también tlaxcalteca, Beatriz Paredes Rangel, quien expuso su larga experiencia, pero sin dejar de puntualizar acerca del abuso del oficialismo al tratar de acreditarse una representación que no alcanzó en las urnas.
Con un arranque literario, la también ex gobernadora y ex subsecretaria de Gobernación dijo:
“La vida (que) es un instante de luz entre dos sombras, me permitió la inédita circunstancia de participar en el Poder Legislativo a través del grupo parlamentario del PRI en dos momentos significativos de la historia de México: en la LI Legislatura de la Cámara de Diputados, la primera legislatura federal de la reforma política cuando propiamente iniciaba la transición democrática.
“Y ahora, la de participar en la LXIV y LXV Legislaturas del Senado, en las que me temo atestigüé al final de la transición democrática y el inicio de un nuevo régimen que no acierto a precisar cuál será su desembocadura.
“Deseo creer, por el respeto que me merecen los demócratas de izquierda, aquí hay muchos, y aquellos con los que conviví en la LI Legislatura de 1979 a 1982: Heberto Castillo, Arnoldo Martínez Verdugo, Alejandro Gascón Mercado, Vallejo, Valentín Campa, entre otros, quienes lucharon, como desde otra trinchera lo hizo Luis H. Álvarez, Carlos Castillo, y otros muchos, varios priistas, dentro de ellos destacadamente Jesús Reyes Heroles; un hombre del sistema como Jorge Carpizo, que lucharon por la democratización del país.
Deseo, creer, señaló, que los atisbos de autoritarismo que empañan el horizonte del ejercicio del gobierno de la primera mujer Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien tiene una trayectoria que nos llevaría a suponer su convicción democrática, queden sólo en barruntos de tormenta y no se descarrile la República democrática federalista con división de poderes, respeto a la pluralidad, la libertad de expresión y los derechos humanos”.
“Que el respeto a la voluntad mayoritaria no suponga desconocer los valores y razones de las minorías. Sobrevalorar el peso de las mayorías puede llevar al totalitarismo, una República para todos con justicia, para y de todos”, advirtió la legisladora priista, quien destacó que los grupos parlamentarios de su partido “actuamos con serenidad, a veces excesiva ante el cúmulo de epítetos y descalificaciones que caracterizaron el debate en la tribuna”.
También indicó que “no fue justipreciada la disposición a dialogar, a construir consensos, el verticalismo de la mayoría, el hiperpresidencialismo trasladado a su mayoría parlamentaria parece un dejà vu histórico”.
Más adelante, hizo votos por el porvenir e indicó a sus contrapartes del oficialismo:
“Yo aspiro a que recuperemos el valor de las palabras en el Congreso de la Unión.
“Felicito a quienes tendrán oportunidades de legislar en esta nueva etapa de la historia de México.
“Los invito a que no detengan la evolución democrática de nuestro país. A que con el respaldo mayoritario del pueblo que han obtenido sepan leer a profundidad la historia de México y no se enseñoreen en su victoria.
“México ha cometido muchos errores en momentos fundamentales de su historia. Que no sea uno más el inicio del siglo XXI en sus manos.
“Sean verdaderamente plurales y demócratas. Honren las palabras de sus predecesores demócratas y luchadores”.
Al despedirse y agradecer los reconocimientos de todas las fracciones parlamentarias, la presidenta Ana Lilia Rivera hizo un inesperado voto por la unidad.
“Aunque durante esta legislatura logramos un éxito considerable como Poder Legislativo Federal, debemos seguir esforzándonos para que nuestro trabajo se alinee cada vez más con los ideales de las democracias contemporáneas. Esto implica no sólo mejorar la eficiencia en el ejercicio de nuestras competencias y la eficacia en el desempeño de nuestras facultades de control interorgánico, sino también fortalecer nuestra capacidad de interpretar el mandato que nos ha sido conferido.
“Es fundamental mantener una disposición constante para alcanzar consensos y construir acuerdos, siempre buscando el mayor beneficio social, por encima de las aspiraciones de cualquier otro tipo”.