El poder del partido
Freddy Sánchez martes 27, Ago 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
¿Quién es quién en las mentiras”?…
Los que afirman o los que niegan que Morena es el “nuevo” PRI “corregido y aumentado”.
Y es que a decir de los que ven más de lo mismo (en lo que fuera el viejo priismo), inclusive con malicia multiplicada en las prácticas políticas del actual partido gobernante, lo evidente “se pinta solo”.
O sea que lo que antaño hacía el Partido Revolucionario Institucional para mantenerse en el poder lo realiza a la perfección “la aplanadora” de Morena indispuesta a dejar pasar lo que afecte sus intereses.
El “plan C” en cada una de sus vertientes como lo relativo a la reforma judicial y los criterios de la sobrerrepresentación son el más claro ejemplo de que la política que mueve las acciones morenistas se sustenta en el inconmovible propósito de acaparar el poder en todas sus expresiones.
De ahí que algunos de sus adversarios se quejen de que haciendo acopio de facultades legales e inclusive recurriendo a maniobras legaloides, intimidaciones y demás trucos, trampas y patrañas imaginables, el gobierno de la 4T parece más que dispuesto a “no dejar títere con cabeza” que pueda anular sus acciones gubernamentales.
Y para redondear, el supuesto plan de acaparamiento total del poder persigue reducir a cero las capacidades de resistencia y oposición a sus adversarios políticos.
En ese tenor, los críticos de AMLO ven una embestida que no parece haber quién pueda contener antes de que surjan todo tipo de instancias institucionales o hipotéticamente independientes o autónomas sometidas a los designios de la 4T, ahora todavía con Andrés Manuel López Obrador como Presidente y después que deje de serlo, entrando, en su lugar, Claudia Sheinbaum. Algo que sólo era posible de lograr cuando en la mayor pujanza de su poderío
Implacable, el priismo con alianzas estratégicas con ciertos poderosos del dinero prácticamente durante décadas, dispuso de “vidas y haciendas” con una oposición virtualmente inexistente.
Y quizás, por momentos, algo incómoda por las escasas voces fustigadoras desde un incipiente panismo y poco notorio discurso político de izquierda o las casi inaudibles críticas periodísticas o intelectuales. Es decir algo semejante a la era priista (como la que hoy parece estar reconstruyendo Morena) de un poder monolítico, inamovible e inconmovible.
Eso que las circunstancias de la política modificaron (con menos gente acostumbrada al “atole con el dedo”), propiciando que el PRI cediera espacios a la oposición hasta vivir lo que hoy vive el país.
Lo que algunos ven como ir para atrás al analizar como “al viejo estilo” de la más marrullera táctica política, supuestamente Morena quiere tener un poder “invencible”, lo que hace la diferencia entre el partido en el poder y el poder del partido.