Por fin dijo una verdad
¬ Luis Ángel García viernes 23, Ago 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Las mañaneras desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional fueron siempre un rosario de mentiras, falsedades, promesas incumplidas, ataques, descalificaciones, acusaciones sin fundamento, arengas para linchar a los opositores. El nuevo Torquemada utilizó como patíbulo sus conferencias para polarizar a la sociedad y hacer de la opinión pública jurado popular, lamentablemente la sociedad le creyó. De tal suerte que la narrativa oficial se tomó como verdad absoluta en todos los temas relacionados con los problemas nacionales. Para justificar la inseguridad se recurría a la guerra de Calderón, la crisis económica era producto de las políticas neoliberales; aquí no pasaba nada.
Cuando se presenta el informe sobre la seguridad pública del país se hace énfasis en la aparente disminución de la incidencia delictiva, sobre todo, en los delitos federales, lo que encubre el clima de inseguridad que vive el país, ya que el 95 por ciento de los ilícitos son del fuero común. Cada mes, las autoridades hablan desde la tribuna nacional para decir que los índices de criminalidad disminuyen de manera importante y hacen énfasis en la reducción de los delitos federales, cuya consignación en tribunales no repercute en las cifras oficiales ni atemperan la sensación de inseguridad de la población.
Pero, ahora que el Poder Judicial defiende su autonomía y evita su extinción mediante un histórico paro, el Presidente se mofa de tan importante protesta -está de por medio la supervivencia de la República-, y con sarcasmo dice que la inacción de los empleados e impartidores de justicia garantiza que no quedarán libres los delincuentes. Más aún, proclamó que el cierre de instalaciones judiciales no afecta al pueblo, y en eso tiene razón. La afectación ciudadana radica en los delitos del fuero común, por lo que los ilícitos federales dañan al Estado mismo o, en el mejor de los casos, sólo sirven de ventanilla cuando un empleado federal pierde un gafete o el paisano extravía la credencial de elector u otro documento expedido por la federación.
Ahora sí el Presidente dice una verdad, al pueblo le vale madres que el Poder Judicial, en su ámbito federal, se vaya al paro, no afectan sus juicios o resoluciones, pero sí exhiben la posibilidad de que sea cooptado todo un poder y se pierda el derecho de contravenir los excesos del poder público.
Bien apuntan los paristas: “No somos policías, no portamos armas, no somos la “Procu”, no somos los encargados de investigar delitos, no somos el juez que permite que inocentes estén en la cárcel y culpables en las calles, no somos el fiscal que no atiende tus denuncias, no somos el juez que te cobra por copias, no somos el juez que permite a los patrones no pagarle a sus trabajadores, no tenemos ni UNA sentencia que lleve diez años sin dictarse. El Poder Judicial de la Federación es el encargado de revisar y estudiar que lo que todas las autoridades hicieron haya sido respetando Tus derechos humanos y la Constitución. Nosotros juzgamos a las autoridades, No a las personas.”.
Por eso ahora tiene razón el mandatario, al pueblo no le interesa ni le afecta en lo inmediato un paro de juzgadores, pero a mediano plazo sí se afectan sus derechos y ello no lo dice el Presidente.
Tan importante es la vigencia de la división de poderes y la autonomía de las partes, como el hecho de que la Corte detenga los abusos del poder público. Ese cinco por ciento de los delitos también afecta al ciudadano, ese pueblo bueno y sabio que verá afectados sus garantías si prospera el espíritu vengativo del Ejecutivo.
Ya que reconoció una verdad, la ciudadanía debe exigir el respeto a sus derechos y eso sólo se logrará si el máximo tribunal es garante de las garantías y evita, efectivamente, los excesos del poder público.