Un purgante contra AMLO
Alberto Vieyra G. jueves 15, Ago 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Pues no que Arturo Zaldívar uña y mugre de AMLO dejó un Poder Judicial rechinando de limpio, que de buenas a primeras se convirtió para el Presidente de la República en un corrupto pudridero? ¿De qué demonios sirvió esa reforma al Poder Judicial encabezada por el agachón Arturo Zaldívar, quien hoy busca encabezar una nueva reforma con la elección de nuevos ministros de la Corte, magistrados y en total más de 7 mil juzgadores en el país que sean impolutos San Antonios? ¿A qué se debió ese monstruoso cambio de AMLO contra la Corte y compañía? ¿La reforma a ley que prolongaba por un año más en la Corte la presidencia de Arturo Zadívar, se convirtió en un venenoso purgante contra un Presidente de la República de mecha muy corta?
Mi muy querido colega don Carlos Marín, escribió el pasado lunes en Milenio, en su columna El Asalto a la Razón la clave de la inusitada venganza de AMLO contra el Poder Judicial. Recuerda don Carlos Marín:
“Ustedes recordarán toda la discusión que hubo con uno de los artículos transitorios, el 13 de esa reforma a la ley, que establecía que se prolongara el mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: solamente que permaneciera un año más como presidente de la Suprema Corte para iniciar el proceso de transformación, y no fue posible…”.
Eso es “solamente” imaginar que hay medios embarazos.
“Por eso es que el ‘plan C’ de AMLO tiene como punta de lanza la reforma al Poder Judicial”, despepitó al término del último monólogo de los falsarios diálogos nacionales sobre la iniciativa que el nacional populismo se apresta a palomear en septiembre.
La confesión es indignante y escandalosa porque la cruenta represalia no se limita a los 11 ministros que anularon la inconstitucional pretensión, sino hace chuza con aproximadamente siete mil juzgadores federales y locales de carrera que serán echados a la calle para suplirlos con “ángeles” recién graduados en abogacía elegidos “por el pueblo”.
Poco importa que el propio Arturo Zaldívar haya renunciado a la idea (agosto de 2021) de permanecer ilegalmente en el cargo, ni que tres meses después, con su voto en el mismo sentido, el pleno de la Corte, por unanimidad, rechazara la inconstitucional idea que el lopezobradorismo en el Congreso quiso colar en las letras chiquitas del “transitorio” el 13.
Para dinamitar a todo el Poder Judicial, tampoco se consideró que el propio Zaldívar, en su cuarto y último informe de labores, aseguró que dejaba al Poder Judicial de la Federación rechinando de limpio:
Ante López Obrador y Claudia Sheinbaum, dijo el 14 de diciembre de 2022:
“Al cierre de mi gestión, tenemos un servicio profesional de carrera judicial alejado del nepotismo y del tráfico de influencias, el mayor número de mujeres juzgadoras designadas en la historia, políticas públicas premiadas nacional e internacionalmente y un servicio de defensoría pública revolucionario. Tenemos un Poder Judicial que comunica e informa sobre su labor, que difunde a gran escala la cultura jurídica, cercano a las y los jóvenes y con la mayor presencia en redes sociales en el mundo. Tenemos un Poder Judicial en el que cada persona juzgadora es libre de resolver con toda independencia, protegida por las garantías institucionales preservadas a su favor. Un Poder Judicial diferente, una justicia transparente, honesta, moderna, diversa e independiente”.
Pero, luego le cambió el hígado del señor presidente. ¿Usted cómo lo mira?