Ahora sí, primero los pobres
¬ Luis Ángel García miércoles 14, Ago 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Son más los pendientes y promesas incumplidas dejados en este régimen que los logros de una administración. El próximo sexenio enfrentará duros retos a vencer: dar seguridad a los ciudadanos, combatir al crimen organizado, brindar un servicio de salud, no como el de Dinamarca, pero sí digno y completo, abastecer los medicamentos necesarios, desideologizar la educación para brindar una formación académica de calidad y verdaderamente científica, crear empleos y fomentar la inversión para alcanzar un mayor crecimiento económico y desarrollo social, dejar de utilizar los programas asistenciales con fines electorales y ver las becas como palanca para profesionalizar a los jóvenes que atiendan los requerimientos de una industria global que demanda gente altamente capacitada y no dádivas para fomentar la mediocridad, instrumentar un programa de infraestructura que mejor comunique al país y no subsidiar la autoconstrucción de caminos vecinales de terracería, apoyar la ciencia sin adjetivos y la tecnología con más presupuesto para las universidades públicas y respeto a su autonomía.
Habrá que contrarrestar los efectos de los yerros de la presente administración: La falta de una estrategia de seguridad ciudadana que dejará cerca de doscientos mil muertos y la pérdida de la gobernabilidad en buena parte del territorio nacional, Estados Unidos exigirá un combate eficiente contra los barones de la droga -ya demostraron que ellos mismos pueden hacer la tarea de los policías y fiscales mexicanos-, especialmente por la exportación de fentanilo, problema de salud pública y seguridad nacional para la Casa Blanca.
En materia económica, deberán ser más disciplinados para revertir la deuda pública que es de siete billones -millones de millones- de pesos, dejar de financiar el sobrecosto de “elefantes blancos”, que suman 485 mil millones de pesos, hacer una reingeniería en Pemex y la CFE para tener energías limpias, controlar la inflación acumulada que hoy es del 30 por ciento, permitir la inversión nacional y extranjera para alentar el crecimiento, ya que en este sexenio no llegó al uno por ciento. Deberán implementarse políticas públicas que permitan sacar de la postración a 56 millones de mexicanos que hoy están en la pobreza, la pobreza extrema y la pobreza laboral -gente que aun con empleo no puede comprar dos canastas básicas al mes-, recuperar el millón de puestos de trabajo que se perdieron durante la pandemia.
Contrario a la narrativa oficial, nunca se alcanzó el modelo danés, por el contrario, se ahondó la crisis de un sistema de salud obsoleto y rebasado que no ofrece un servicio eficiente a sus derechohabientes y al que se le sumó la carga de 30 millones de mexicanos que eran atendidos por el Seguro Popular con una razonable eficiencia en atención médica, quirúrgica, clínica y de medicamentos.
La imposición de la ideología -cualquiera que esta sea, como el mal llamado nuevo socialismo mexicano-, en los programas de educación básica y media, más los mal hechos libros de texto, alejó al estudiantado de la educación de calidad y el deseo legítimo de alcanzar la excelencia académica para masificar la preparación mediocre del alumnado, que sólo puede aspirar a ser mano de obra barata en el proceso productivo. Es imperativo que se prepare a las nuevas generaciones con altos estándares de educación que les permitan integrarse a las industrias globales e insertarse en empresas que ahora utilizan la inteligencia artificial. Deberán crearse carreras que atiendan las nuevas demandas laborales como la ciberseguridad, el big data, las telecomunicaciones, la informática y la robótica.
El próximo plan sexenal está obligado a atender todas esas demandas y sería bueno que empezaran por recuperar la gobernanza y dar seguridad a 120 millones de mexicanos. Ahora sí, primero los pobres.