Vía Cumbres y Altai, las nuevas estafas en Cancún en residenciales
* Especiales, Finanzas viernes 16, Ago 2024
- Cuidado con lo que compra en Residencial Cumbres, Cancún
José Luis Montañez
Atrás quedaron esos tiempos en los que el sueño de toda familia era tener una propiedad en Residencial Cumbres, con excelentes servicios y la envidia de todo visitante.
Hoy, a casi diez años de su creación, Residencial Cumbres es un conjunto habitacional en plena decadencia, en donde sus administradores cobran puntualmente las cuotas de mantenimiento, que superan cada mes los dos millones de pesos, sin dar siquiera los mínimos servicios.
Las rentas por cuotas de administración, que se cubren de manera extraordinaria, llegan hasta los cinco mil pesos.
Cientos de propietarios son cautivos a estos cobros, mientras el lugar se ve cada vez más descuidado.
Ese monto parece que no es suficientes para dar un buen servicio a la comunidad y armonizar el sitio.
Desde hace quince días no hay luz en las calles y avenidas y las plumas de acceso vehicular ahora se mueven manualmente.
Algunos vecinos han convertido parte de sus propiedades en lotes baldíos, donde las cucarachas, moscas y ratas se reproducen de manera alarmante e inundan las casas vecinas.
Aquí nadie responde ni amonesta a los inquilinos problema, que violan sistemáticamente el reglamento, dañando la propiedad de terceros.
El administrador general, Rodrigo Díaz, se pone catatónico y manda al diablo a los residentes cuando alguien pide su intervención para que meta en orden a los propietarios problema que han convertido Cumbres en la peor unidad del Infonavit o por ese estilo.
Este sujeto piensa que con estar bien conectado con las autoridades estatales (?), por supuestos negocios inmobiliarios es más que suficiente.
Estando bien con la virgen, lo demás le vale, aunque en la publicidad los fraccionamientos que maneja digan: “Quiere usted vivir en el paraíso”, ¿Pues cuál?
Este sujeto prepotente y grosero regaña a los residentes que le piden ayuda.
Lo peor es que todo el personal a su cargo lo imita en su conducta irresponsable y grosera, haciendo caso omiso de las quejas del vecindario.
“Vaya usted y quéjese en el municipio o donde quiera, pues aquí no es barandilla”, señala.
Renglón aparte merece el criminal desperdicio de agua que realizan algunos vecinos.
Extraen de pozos clandestinos miles de litros del vital líquido y lo tiran al drenaje, mientras en la ciudad de Monterrey y CDMX la gente no tiene agua, en muchas zonas, ni para beber.