Enredo diplomático y político
Alberto Vieyra G. viernes 9, Ago 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Amiga de un criminal de guerra o desconocimiento diplomático de que sobre Vladimir Putin pesa una orden de arresto bajo sospecha de secuestro y traslado forzoso de niños ucranianos a Rusia, emitida por la Corte Penal Internacional?
Vaya inaudito enredo diplomático y político en el que se metió doña Claudia Sheinbaum ¿o sería AMLO?
¿Pero qué necesidad hay de meterse en camisa de once varas, pues que no la señora presidenta designó a Juan Ramón de la Fuente, un político inteligente, como el próximo canciller azteca que sustituirá a Alicia Bárcena?
La invitación de la cancillería mexicana a Vladimir Putin para asistir a la máxima liturgia de la política mexicana, la toma de posesión de Claudia el próximo 1 de octubre ha desatado un inusitado revuelo internacional y en verdad que hasta los niños se preguntan: ¿por qué tanta ignorancia en un gobierno para hacer tanto ruido?
De inmediato, el gobierno de Ucrania exigió al gobierno de AMLO detener al criminal de guerra Vladimir Putin en caso de que asista y desde luego, que la corte penal también hará lo propio y el gobierno mexicano se verá envuelto en un inusitado escándalo internacional y hasta se hablaría de que el gobierno mexicano lo traicionó y entregó a la justicia internacional.
El delito que se le imputa lo habría cometido a partir de febrero de 2022, cuando comenzó la invasión a Ucrania.
La detención ordenada se ajusta al Estatuto de Roma que la comunidad internacional adoptó en 1998 y México suscribió en la conferencia que tuvo lugar en la capital de Italia, donde se dispuso la creación de la Corte Penal Internacional.
Así que México no tendría pa’ dónde hacerse. Pero, además, la invitación a Vladimir Putin políticamente puede leerse como una bofetada al gobierno norteamericano, aunque AMLO y Claudia Sheinbaum se envuelvan en la bandera del nacionalismo y digan que “México es una nación libre y soberana” que no necesita pedirle permiso a ninguna potencia mundial para que autorice una invitación de tan peligrosa naturaleza.
Es de suponerse que el dictador, criminal y violador de derechos humanos no asistirá a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum precisamente por su condición de tirano que lo obliga a estar permanentemente en Rusia, a menos que sea invitado por gobiernos afines como ocurrió no hace muchos meses con China.
Y como la cancillería mexicana ha informado que ya giró invitaciones a todos los gobiernos con los que México mantiene relaciones diplomáticas sobre todo aquellos comunistas de izquierda como Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Daniel Ortega, de Nicaragua, o de Bolivia, Perú y Ecuador, estas dos últimas naciones con los que AMLO se ha peleado, igual que con España y la Unión Europea.
Pareciera, nomás pareciera, que la toma de posesión no será de doña Claudia sino de AMLO y también hasta los niños se preguntan: ¿Qué hace la señora Presidenta en los últimos dos meses viajando con AMLO por todo el país en su dizque gira del adiós, que no sería mejor que ya se concretará a lo concretado y que las órdenes que le tenga que dar se las de en Palacio Nacional para evitar malas interpretaciones, aunque luego ellos digan que son puras lenguas largas de sus detractores y opositores políticos? ¿Sabrán que hasta los rancheros sostienen aquella máxima del refranero que reza que “no hay que hacer cosas malas que parezcan buenas?
Por lo pronto, qué necesidad había de que la señora Presidenta se pusiera a hacer tanto ruido con el Putin Vladimir mandando mensaje de que “la soberana nación mexicana no tiene la tutela de ninguna potencia mundial”.