La salud, en terapia intensiva
Alberto Vieyra G. jueves 8, Ago 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Dos errores monumentales harán que Andrés Manuel López Obrador pase a la historia como un Presidente muy popular, pero muy maleta para gobernar.
La primer burrada sería su aberrante dizque programa de gobierno en materia de seguridad con los “abrazos, no balazos”, que ya se tradujeron en más de 194 mil asesinatos dolosos, uno cada 15 minutos y con un indignante rasurado de desaparecidos de más de 50 mil.
AMLO jura y perjura que la delincuencia ya bajó. Y tiene razón porque los muertos aparecen en fosas comunes. Sin embargo, su cantaleta es echarle la culpa a Calderón, a Peña Nieto, a Fox, a Salinas, a García Luna y a Hernán Cortés. AMLO lleva casi 6 años haciéndole a las malas parteras. El juicio de la historia será muy severo contra AMLO.
¿Y qué me dice usted del cuento largo, largo, largo en materia de salud pública que deja a México convertido en un absoluto desastre de salud?
Andrés Manuel López Obrador comenzaría su aberrante gobierno dando muerte y cristiana sepultura al Seguro Popular y a las fuarderías sólo porque fueron creadas por Felipe Calderón. Para justificar que imperaba una monumental corrupción desmantelo el sistema de abasto y distribución de medicamentos y a reserva de que salgan los bisnes, comenzaría a comprar medicinas chafas a Rusia, China y otras naciones.
Luego creó un engendro llamado Insabi que desapareció a los 3 años. Y, por último, revolcó la gata en el IMSS-Bienestar. Le voy a decir porque Malestar y no Bienestar como él afirma y eso de un sistema de salud como el de Dinamarca o mejor que el de Dinamarca sólo quedará en eso en un mentiroso e indignante cuento.
Hace 5 años, una modesta mujer poblana asistió a un hospital del IMSS para extraerle la matriz. Le hicieron los estudios de rigor y todo iba bien, pero le empezaron a darle largas y largas y hacer que ella y su familia pagaran los costosísimos tratamientos, sí, los medicamentos e estudios clínicos. Finalmente, dos años después se le practicó la intervención quirúrgica a cargo de unos médicos pasantes y al poco tiempo se descubrió que la operación fue hecha con los pies y para colmo le detectaron un cáncer. El viacrucis no termina ahí porque los tratamientos son carísimos. La pobre mujer vive de milagro.
En el Estado de México acabo de detectar un caso de un hombre de 55 años de edad que tiene una hernia inguinal. No tiene ningún tipo de seguridad social y sabe qué si estuviera el Seguro Popular ya estaría del otro lado, ya lo hubieran operado. Ahora su desgracia ha sido recurrir hospitales y más hospitales y le acaban de dar una cita para valorarlo hasta finales de octubre, pues le han dicho que solamente se atienden casos de urgencia, sí de personas que o llevan la pansa de fuera o llegan con lesiones que los marcarán para toda su vida.
He escuchado a mucha gente hablar pestes de López Obrador y de su sistema de salud como el de Dinamarca que no se ve por ningún lado y sin ambages, algunos declaran que sus pacientes ya murieron porque les dieron una cita hasta el año que viene.
Una prueba de ese desastroso sistema de salud ocurre en el Hospital General de México, en donde para ser atendido de urgencias tienen que esperar hasta por 48 horas y después de una larga espera los pacientes son recibidos, pero a sus familiares les hacen comprar lo más básico que son unos guantes, un hilo para suturar, gasas, vendas a altas horas de la noche o de la madrugada.
Así que ¿de qué se ríe, señor Ppresidente si viola el artículo 4° constitucional que garantiza el derecho a la salud, pues del 6% del PIB que debería destinarse al sector salud, hoy solamente por desgracia se destina el 3%?
Antes se producían en México 49 millones de vacunas, hoy sólo se producen 17 millones y con una megafarmaciototota, claro que jamás llegaremos a ser una Dinamarca, pero el cuento vaquero queda para la historia.