El nuevo socialismo latinoamericano
¬ Luis Ángel García miércoles 7, Ago 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Hasta antes de las elecciones en Venezuela, el pacto de Sao Paolo o de Puebla iban viento en popa y se imponía el llamado nuevo socialismo latinoamericano. Con sus bemoles, la izquierda triunfaba en los comicios. Aunque en algunos casos las urnas también fueron pretexto para dar fallido golpe de Estado o disfrazar dictaduras como lo pretendió el depuesto presidente de Perú o la burla con la que manipula el voto el dictadorzuelo de Nicaragua. México era la última muestra de que el populismo socialista en América Latina avanzaba y con el respaldo ciudadano a través del sufragio, se desterraba el neoliberalismo contemporáneo.
Pero el poder -independientemente de signos o ideologías- es adictivo y la izquierda latina no es ajena a ese fenómeno. Lo vemos en Cuba, Nicaragua, Bolivia, como en su momento las dictaduras militares lo ejercieron desde Guatemala hasta la Patagonia, incluso el Caribe. La izquierda parecía la esperanza para desterrar el abuso de poder, acabar con el capitalismo depredador y reivindicar a los pobres. Nada más lejano a ello.
Venezuela inició este nuevo proyecto antiimperialista con un líder castrense, Hugo Chávez, quien se legitimó en las urnas, pero fue seducido por el poder y se reeligió hasta su muerte. Lo sucedió el segundo de abordo, Nicolás Maduro, quien le aprendió todas las marrullerías para perpetuarse en el cargo, no sólo con la fuerza de las bayonetas, sino a través del fraude electoral.
Por tercera ocasión se quiere reelegir y mantener el proyecto del nuevo socialismo latinoamericano, inspirado en el pacto de Sao Paolo o de Puebla. En más de una ocasión lo han derrotado candidatos opositores, pero se ha impuesto el autoritarismo y los contendientes han terminado en el destierro o la cárcel. Los Estados Unidos han sido permisivos con esa dictadura, así como la comunidad internacional, pero parece que en esta ocasión si están de acuerdo en que terminó la era del chavismo y su populismo que sólo ha traído miseria a la población. El falso mesías se aferra al poder, pero ni con el recurso petrolero que maneja o el discurso retórico ha podido sacar de la postración a sus gobernados. Por eso es importante que los venezolanos y la comunidad internacional no permitan que se consume el fraude.
Es necesario resaltar que no será fácil la batalla, toda vez que reconocer el fin del chavismo pone en predicamento a los ideólogos de ese nuevo socialismo, sería como aceptar el fracaso de ese proyecto político que solo dejó en la miseria a una nación; ¿cómo justificar la lucha a favor de los pobres? Se acabaría el argumento de que el neoliberalismo es el enemigo que vencer, cuando el enemigo está en casa. La destrucción de un gobierno insignia abriría las puertas a una rebelión en toda la región. El sátrapa nicaragüense pondría sus barbas a remojar y nuevos vientos de libertad podrían soplar en la isla caribeña. No se pueden dar ese lujo, por eso la lucha tendrá que ser a muerte, como lo es ahora que comenzó la represión a un pueblo inerme.
Las condiciones están dadas para exiliar al tirano, pero es importante que el movimiento opositor no sea un fenómeno exclusivamente mediático -como sucedió en México con Xóchitl Gálvez-, no bastan las manifestaciones o los pronunciamientos, hay que asaltar el poder y exigir la transparencia de los resultados. Los gringos deben pasar de la declaración a la acción -como lo hicieron con “El Mayo”- y presionar, si es necesario militarmente, a quien escucha los mandatos de su jefe a través de un pajarito. La comunidad internacional es más que la OEA y tiene la obligación de exigir el cumplimiento de uno de los requisitos de la democracia: el voto libre.
Esperemos que este no sea uno más de fugaces rebeliones. Ahora se puede frenar el falso populismo que tanto daño hace a los pobres.