Ira y temblorina
Alberto Vieyra G. miércoles 7, Ago 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Física y emocionalmente Venezuela avanza hacia un camino en el que el retorno será macabro. El tirano gorila Nicolás Maduro continúa proclamándose ganador de la reelección, mientras la influyente prensa norteamericana The Washington Post afirma haber tenido acceso a las actas de escrutinio que demuestran que Edmundo Gonzales Urrutia ganó las elecciones presidenciales en Venezuela por más del doble de votación del tirano que hoy recibe la repulsa mundial por su deshonestidad mapacheril.
¿La desaprobación contra semejante ladrón de la democracia venezolana es suficiente para que se largue al exilio, cuando cuenta Nicolás Maduro mayoritariamente con el ejército que se ha puesto de lado equivocado de la historia venezolana y está masacrando con inaudita brutalidad a los opositores al demencial régimen?
Desde luego que los enardecidos discursos de condena hacia el comunista régimen de Maduro no servirán de mucho. Si la comunidad internacional quiere que el tirano se vaya, lo mejor que debe hacer es desestabilizar económicamente a Venezuela. ¿Cómo? Con embargos económicos, con no comprarle ni un clavo y menos petróleo a Venezuela y tampoco venderle nada. También estrangulándolo con la liquidación inmediata de los pagos de la deuda externa e interna y, en fin, todo lo que tenga que ver con desestabilización financiera, pero eso también representaría un altísimo costo contra los venezolanos.
Por lo pronto, Nicolás Maduro está convertido en un loco paranoico. Advierte que sólo muerto él, Edmundo Gózales Urrutia podría convertirse en presidente de Venezuela y que sus opositores no están preparados para gobernar. ¿Y a poco él estaba preparado para eso? Si solamente se ha dedicado a masacrar a los venezolanos a los que asusta con el petate del muerto advirtiendo que “el destino de Venezuela, en el siglo XXI, depende de nuestra victoria el 28 de julio. Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida, producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.
Así que habrá que esperar cómo los venezolanos se van a deshacer de ese alacrán con alas que se dice muy docto para gobernar, pero con las bayonetas.
Y mientras el odio cunde en Venezuela, el llamado “lunes negro” metió al mundo en una cardíaca temblorina que tiró bolsas de valores, sacudió mercados financieros internacionales y demostró que en Estados Unidos y México cunde la desaceleración económica. Allá por la incertidumbre electorera, pues los norteamericanos también buscarán evitar que un cuervo republicano no les vaya a sacar los ojos y en la nación azteca por dos infames discursos llenos de ideología comunista. Ambas peroratas de AMLO y Claudia asegurando que “México tiene una economía sana”. ¿Sana, cuando el año pasado se registraron más de 200 mil empleos perdidos y este año solamente se han recuperado poco más de 12 mil? Y es que no hay inversión directa y mientras no haya creación de empleos, habrá desaceleración de la economía y un pinchurriento crecimiento que no ira más allá del 1.5% del PIB.
Sería bueno que doña Claudia revisará la era sexenal priista cuando México crecía ininterrumpidamente en un 6.4% anual del PIB y entre 1958 y 1968 se produjo el llamado “milagro mexicano” con un crecimiento del 7%, lo que provocó que los Halcones de Washington se transformarán en auténticos trompos chilladores cuando vieron que en México estaba surgiendo una economía de primer mundo y juraron parar a la nación azteca al precio que fuera. Hoy nos tienen agarrados de donde más duele. Pero esa es otra historia.