Maduro se va. ¿Fin de dos autócratas?
Armando Ríos Ruiz lunes 5, Ago 2024Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
María Corina Machado, la impedida aspirante a competir por la presidencia de Venezuela por artilugios del dictador Nicolás Maduro, se ha convertido en un emblema cargado de ejemplos para todas las naciones de América Latina que padecen el yugo de esos gobernantes y de otros que luchan con toda la fuerza de su poder, por llevar a sus gobernados a ese mismo destino, como México.
Pero los astros parecen alinearse de otra forma, para ponerlos en su lugar desde ahora. Luego de las elecciones en el país sudamericano, los resultados reales dicen que el ganador indiscutible fue Edmundo González Urrutia, el candidato impulsado por Corina Machado, y el viernes, Gustavo Petro, de Colombia, volvió a emitir un comunicado en el que pide al dictador venezolano acatar la voluntad del pueblo, que éste proclama partidario de sus crímenes.
El día de las elecciones, Maduro se dijo triunfador, pero no ofreció absolutamente ninguna prueba. Días después afirmó que había ganado con seis millones 408 mil 844 votos, que representan el 51.95 por ciento de los sufragios, contra 5 millones 326 mil 104 votos o con 43.18 por ciento de la oposición.
Mientras, las actas de los opositores detallan minuciosamente fuente por fuente, paso a paso, el conteo realizado, que reporta fehacientemente el triunfo para González Urrutia, con 67.2 por ciento de los sufragios totales, sin objeción. También existen pruebas de que el gobierno elaboró cientos de actas falsas con firmas repetidas y sólo una con signaturas similares.
Los presuntos aliados, Luiz Ignácio Lula da Silva, presidente de Brasil, y Gustavo Petro, de Colombia, se mostraron escépticos desde el mismo día de las votaciones, del triunfo de Maduro. El primero dijo que respetaría los resultados, siempre y cuando se exhiban las actas que respalden el triunfo y se respete la integridad de los perdedores. No obstante, Maduro inició de inmediato una cacería encarnizada contra Corina Machado y contra el candidato González Urrutia.
Petro dijo al diario El Tiempo, a través de una fuente vinculada con él, que Maduro perdió las elecciones y por esa razón, trabaja para buscar una solución pacífica a la crisis generada un día después de los comicios.
A Maduro sólo le quedaban el Presidente mexicano y el de Cuba. Éste último no sería capaz de hacerse el haraquiri, puesto que recibe gasolina de Venezuela y el segundo, lejos de un razonamiento o un análisis serio de la situación, se declaró su partidario indiscutible y hasta capaz de pelear contra Estados Unidos con una imitación marcada a Maduro, Le dijo lo mismo que éste: que saque las manos de Venezuela e inclusive lo llamó injerencista.
Debe haber preocupado al gobierno vecino del norte, quien, mientras recibe estos señalamientos, ha comenzado a exprimir la enciclopedia almacenada en la cabeza del capo de capos mexicano, El Mayo Zambada, que forzosamente debe contener toneladas de información de ex presidentes, políticos, empresarios y de él mismo, sobre los vínculos con el llamado crimen organizado.
Pero a estas alturas del partido y como con Estado Unidos no se juega a la hora de la verdad, los tres mandatarios quedaron en fijar una postura unilateral el jueves pasado y determinaron exigir a Maduro la muestra de las actas legítimas. Nuestro representante debe haber reflexionado para llegar a la conclusión de que esta postura podría favorecerle por razones que tienen que ver con El Mayo.
Nuestro gobernante ha sido ampliamente criticado por los pensantes mexicanos que repudiaron sus manifestaciones de adhesión a las bravatas de maduro sin razonar un ápice. Simplemente porque se trataba de su maestro y sin importar que se refiriera a la comunidad internacional con todos los dicterios que conoce y como el bravucón desesperado que retó a golpes a sus críticos.
Inclusive se especuló que podría recibir asilo en México, para evitar la cárcel por todos sus crímenes. Trascendió que tiene permiso para ir a Rusia y que negocia con Estados Unidos para no ser encerrado. Todo encaja: su familia ya se adelantó. Se fue de Venezuela ante lo que ya es inminente.