La locura de Palacio
Alberto Vieyra G. lunes 5, Ago 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El INE, pero primordialmente el Poder Judicial de México que sabe lo que es la ley, tiene en sus manos detener a un marrullero AMLO y sus secuaces que pretenden la destrucción de las instituciones nacionales, principalmente las instituciones autónomas que son un contrapeso contra el ponzoñoso presidencialismo y sin faltar la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Si los 11 consejeros del INE no saben de leyes, los integrantes del Tribunal Federal Electoral sí lo saben y saben que AMLO busca tramposamente aplicar el artículo 54 constitucional en su fracción quinta, para sobrerrepresentar a Morena con el fin de darle en la madre al país y hacer que el oficialismo obradorista ostente todo el poder en sus manos como hoy lo hace el tirano Nicolás Maduro en Venezuela, donde la ley es él, las instituciones incluyendo la electoral es él, el ejército es él, las mafias criminales son él, las policías son él, y él es un enfermo de poder y, por lo visto, el último episodio electoral en Venezuela no presagia un final feliz.
Por lo pronto, ya masacró a más de 20 venezolanos y más de mil 500 han sido detenidos y reprimidos brutalmente sólo por exigir que no sea cerdo robándose las elecciones y masacrando al pueblo venezolano.
Sí, el Poder Judicial azteca es el único que puede evitar que ocurra ese desmadre en México. AMLO, Morena y la secretaria de Gobernación, a quien debería darle vergüenza estar haciendo el papel de cochinona, pretenden tramposamente que el INE y el Trife les otorguen más diputados plurinominales a los que tiene derecho Morena y sus rémoras aliadas del PT y Verde que no acreditaron haber postulado a candidatos en más de 200 distritos electorales del país y de acuerdo con la fracción I del citado artículo 54 constitucional, ambos partidos de la chiquillada no tienen derecho al 8% por el sólo hecho de que no acreditaron candidatos en por lo menos 200 distritos electorales en el país, como lo hizo únicamente Movimiento Ciudadano y las dos coaliciones.
La fracción I del artículo 54 constitucional, de la cual se desprende, textualmente que “los partidos políticos para tener derecho, sí, para tener derecho de participar en la asignación de diputados de representación proporcional (llamados comúnmente plurinominales) debieron haber acreditado candidaturas uninominales en, por lo menos, 200 distritos electorales”, cosa que no hicieron.
Pero, además, aquí la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que es la institución suprema para la impartición de justicia en México está obligada a revelar los postulados en materia de jurisprudencia, tema de la representación y la sobrerrepresentación, tema del cual es muy docta la ex ministra Olga Sánchez Cordero, quien por cierto es una de las únicas morenistas que está en contra de las marrullerías y cochinero que está haciendo AMLO y que pretende secundar la señora presidenta electa Claudia Sheinbaum, quien por lo visto tendrá que hilar muy fino porque el diablo del capitalismo se le está echando encima y ahí está el peso mexicano que el fin de semana comenzó a rasguñar los 19 pesos por dólar y en caso de que ella le apueste a las vencidas, seguramente que doña Claudia y su amigocho de Palacio podrían llevar al país a una crisis económica de proporciones monumentales sobre todo porque AMLO se irá a la chingada con un déficit histórico en las finanzas nacionales.
Solamente los locos morenistas que odian el pasado político mexicano son los que apoyan con fervor la locura de AMLO de buscar elegir mediante el voto popular a unos 7 mil juzgadores en el país sin saber que llevarán a la nación al peor desastre, sobre todo porque para AMLO no importa la experiencia, bastará con que hayan egresado “frescos” de alguna universidad y quieran dárselas de adalides de la aplicación del derecho y la justicia.
Así que no hay de otra, si el Poder Judicial para en seco las locuras de AMLO y sus corifeos, muchos de ellos auténticos jilgueros a sueldo, se habrá evitado la destrucción de las instituciones nacionales y que México avance a la dictadura venezolana, cubana, rusa o china.