Secta judicial
Freddy Sánchez jueves 1, Ago 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Qué se propone la reforma judicial, que impulsa Morena a instancias de Andrés Manuel López Obrador, antes de dejar el poder.
Dos cosas podrían pensarse: que la justicia sea más justa o que la 4T cuente con herramientas para servir a sus propias conveniencias en la administración de la justicia.
Lo primero lo han dicho y reiterado quienes siendo o no declarados partidarios del partido en el poder creen en buenas intenciones presidenciales.
De ahí que no duden que con los cambios que contempla la reforma judicial propuesta por el Poder Ejecutivo se “limpiará” de jueces, magistrados y ministros dedicados en el Poder Judicial a servir intereses ajenos al pueblo por su afán de congraciarse con grupos económicos y adversarios políticos de Morena que están interesados en poner obstáculos al gobierno que se esmera en promover acciones legales pensando en beneficiar a los pobres de este país.
Eso que, naturalmente, muchas personas en distintos sectores sociales (con firme convicción de no estar equivocados) , atribuyen a una estrategia manipuladora de los representantes de la 4T obsesivamente empeñados en quitarse el contra peso de un Poder Judicial que dificulte o impida las modificaciones legales que favorezcan los planes y acciones institucionales durante la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación.
Así las cosas, pese a la amplia recopilación de opiniones (sin discriminaciones para los que quisieran opinar), parece prevalecer un sentimiento de desconfianza entre los que no están en contra de una reforma judicial, pero sí de la que quiere AMLO.
Porque a juicio de quienes ven con resquemores los cambios constitucionales propuestos, existe la evidente predisposición a un engaño electoral para que el gobierno de Morena se convierta en decisor absoluto en asuntos de justicia cuando surjan litigios en contra del poder en turno.
Y es que en la creencia de los que ven “gato encerrado” en la reforma judicial de Morena, lo que se busca es que el electorado elija a los prospectos para cargos judiciales entre quienes cuenten previamente con la aprobación de una sola persona o unas cuantas con posibilidad de elaborar las listas de candidatos para que “ingenuamente” los votantes crean que fueron ellos los que escogieron a los magistrados y ministros sustitutos.
O sea, lo mismo que ocurre con diputados y senadores que antes de su nombramiento en las urnas sus puestos se deciden a voluntad de los que centralizan el poder de “palomear” a sus incondicionales para los cargos de representación popular. Y si eso llega a ocurrir abiertamente en la administración de la justicia lo que no pocos temen es que esté por conformarse al servicio de la 4T una secta judicial.