Aseguran que no hay coaliciones, pero defienden los intereses de Morena y rémoras
Miguel Ángel Rivera jueves 25, Jul 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Grazna como pato, tiene plumas como pato, camina como pato, pero según el diputado de Morena, el ex priista Juan Ramiro Robledo Ruiz, no es un pato.
La definición se dio durante la sesión de ayer de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en la cual, nuevamente, la oposición denunció el abuso de Morena y sus rémoras del PT y PVEM, de lograr una sobrerrepresentación, que les permitiría modificar las Constitución a su antojo y sin tomar en cuenta los argumentos de sus contendientes.
Fallido candidato a gobernador de su natal San Luis Potosí, a pesar de haber militado en el PRI, el PRD, PT, Convergencia (ahora MC) y el partido local Conciencia Popular, y en algún momento considerado potencial aspirante a ministro de la Suprema Corte de Justicia, el ahora abanderado de Morena se ha convertido en uno de los defensores a rajatabla de las modificaciones que desea el presidente Andrés Manuel López Obrador para tener el control del Poder Judicial Federal,
El requisito para que esa aspiración se convierta en realidad el requisito indispensable es que Morena y satélites logren mayoría calificada en el próximo Congreso de la Unión.
La decisión de repartir los puestos en las cámaras de Diputados y Senadores corresponde al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal (TEPJF), pero el debate político se desarrolla en la actual Legislatura Federal, la cual concluirá funciones el último día de agosto venidero, sin posibilidades de modificar ninguna ley, ya no se diga la Constitución, pero cumple las funciones de caja de resonancia.
En esencia el debate se reduce a un punto: aplicar o respetar el principio constitucional de que ningún partido puede tener una sobrerrepresentación superior al ocho por ciento. En consecuencia, Morena y sus aliados, que sumaron un poco más del 54 por ciento de la votación el pasado 2 de junio, no podrían tener mayor presencia del 62 por ciento de diputados y senadores, mayoría que no les permitiría modificar la Constitución, sino que tendrían que negociar con la oposición, a lo que hasta ahora se han negado reiteradamente por mandato de su cacique, el presidente López Obrador (se supone que su sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo, seguirá por la misma línea).
Uno de los encargados de darle aparente fundamento jurídico a la pretensión de los integrantes de Morena de tener mayoría calificada (según sus cuentas deberían alcanzar más del 74 por ciento de las posiciones en el Congreso) es el mencionado senador Robledo Ruiz, quien luego de pasar por casi todos los partidos, ahora pone sus “valiosos” servicios a la orden a de la llamada Cuarta Transformación.
Ayer, en la Permanente, el jurista reiteró lo que ya ha dicho en ese órgano legislativo y en otros foros, en donde supuestamente se discute la legitimidad de la demanda de Morena y rémoras de alcanzar más de las dos terceras partes de los sitiales en las cámaras de Diputados y Senadores.
“Para todos, quienes están muy interesados en el tema, respecto del cual todos los comentaristas del círculo rojo, de la opinión política de este país están en avalancha tratando de presionar a las autoridades electorales para que interpreten, de manera distinta a la clarísima letra que tiene la Constitución al respecto de la fórmula para distribuir las diputaciones de representación proporcional.
“Les quiero pedir, de favor, que atiendan algunas consideraciones.
“La primera, es que las coaliciones no existen jurídicamente como tal, las coaliciones son aquella figura jurídica que pasaba a ser otra persona jurídica-política-electoral distinta a los partidos, que llevaba sus propios candidatos comunes en la representación proporcional; la boleta donde se votaba llevaba una sola lista de candidatos a representación proporcional por los dos o tres o más partidos coaligados. Esa coalición era verdaderamente una coalición.
“Lo que hoy se llama coalición lo repetimos, por enésima vez, es lo que lógica y gramaticalmente es una figura de candidatura común, dos o más partidos proponen a un candidato común para la elección de mayoría relativa; proponen a sus respectivos candidatos distintos para la segunda elección que se da con el segundo sufragio, es un sufragio que importa dos votos. En esa segunda votación cada partido con independencia de su candidatura común, hoy mal llamada coalición, van con sus candidatos propios. La coalición terminó el 2 de junio…
“La mayoría calificada no la da el recuento ni la distribución del INE, ni la ratificación jurisdiccional del Tribunal Electoral. La mayoría calificada se da de manera propia, legítima, espontánea, circunstancial y determinada en cada acuerdo que se esté votando en un órgano colegiado.
“Lo que hoy se llama coalición, lo repetimos por enésima vez, es lo que lógica y gramaticalmente es una figura de candidatura común, dos o más partidos proponen a un candidato común para la elección de mayoría relativa; proponen a sus respectivos candidatos distintos para la segunda elección que se da con el segundo sufragio, es un sufragio que importa dos votos. En esa segunda votación cada partido con independencia de su candidatura común, hoy mal llamada coalición, van con sus candidatos propios. La coalición terminó el 2 de junio.
“Dos, la mayoría calificada no la da ninguna coalición, la mayoría calificada la da cada sesión en el pleno de cada Cámara con cada asunto, ¿se puede juntar o no con independencia al grupo al que pertenezcan? Claro que hay afinidades ideológicas y programáticas en los grupos parlamentarios, se puede juntar o no el número de votos suficientes para aprobar una reforma constitucional o una reforma que merezca mayoría calificada o no.
“La mayoría calificada no la da el recuento ni la distribución del INE, ni la ratificación jurisdiccional del Tribunal Electoral. La mayoría calificada se da de manera propia, legítima, espontánea, circunstancial y determinada en cada acuerdo que se esté votando en un órgano colegiado”.
Con menos blasones, la respuesta la dio la también diputada, del PAN, Noemí Berenice Luna Ayala:
“Empezamos con que el título de la agenda política es engañoso, como todo lo que pretende hacer el oficialismo.
“Vamos a hablar de sobrerrepresentación, en ese tenor hay que decirlo con claridad, Morena pretende subyugar, desde todos los frentes, a la oposición. No les bastó con realizar una elección de Estado con clara inequidad y con base en esa inequidad obtener los resultados electorales.
“Es decir, no le bastó al oficialismo lo que sí obtuvo en la urna, y ahora pretenden quitarnos en la mesa lo que el electorado no les dio con los sufragios, aunque eso signifique olvidar que cada voto otorgado al oficialismo vale exactamente lo mismo que el voto otorgado a la oposición.
“Y explico, porque es que pretenden que el voto del oficialismo valga más.
“Los partidos reunidos en la coalición oficialista obtuvieron 32 millones 535 mil 27 votos, esto es el 54.7 % de la votación. Y con ese 54 % pretenden obtener 74 % de las curules en el Congreso, 20 % más que sus votos.
“Con las erróneas estimaciones hechas desde la Secretaría de Gobernación, no desde el INE, de ahí la exigencia de los opositores que sea la autoridad electoral la que haga las estimaciones, un diputado para el PAN valdría o necesitaría 143 mil 500 votos; mientras que un diputado para el Verde Ecologista sólo necesita 66 mil votos.
“Es decir, según Segob y el Ejecutivo, que no son autoridad electoral, reitero, el voto de un ciudadano que lo hizo por el Verde vale el doble que el voto de un ciudadano que lo hizo por el PAN. Esto es ridículo.
“Las proyecciones sesgadas establecen una posible distorsión de hasta 164 Diputados; 33 % de la integración total con una subrepresentación de las fuerzas opositoras en conjunto del 16 %, que se traduce en una sobrerrepresentación, porque así se llama, del oficialismo del 16 %, que quiere decir 81 Diputados”, destacó la legisladora panista, quien remató con una cita de la ahora senadora de Morena, Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la Suprema Corte, en contra de la sobrerrepresentación y en defensa de las minorías y, no sólo eso, les recordó: algunos de ustedes “fueron parte del viejo régimen, ese que no se cansan de criticar, pero que insisten en copiar a la perfección o superar en cuanto a las prácticas totalitarias”.