López Obrador puede pasar por encima de las leyes, pero no de la naturaleza
Miguel Ángel Rivera miércoles 24, Jul 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Con tal de salirse con la suya, el presidente Andrés Manuel López Obrador no sólo es capaz de saltarse a la Constitución, sino inclusive se atreve a desatender las leyes de la naturaleza.
Prueba de lo anterior son dos de sus obras insignia: la refinería de Dos Bocas, Tabasco (oficialmente su nombre es Olmeca) y el Tren Maya, que circunda la Península de Yucatán. En los dos casos, los especialistas advirtieron oportunamente que los sitios elegidos para esas construcciones monumentales no eran los adecuados, pues regularmente padecen los embates de fenómenos naturales.
Respecto de la refinería, los obstáculos naturales sumados a errores de los diseñadores y realizadores de esa planta petrolera se han traducido en un aumento superlativo en el costo de construcción que ahora supera el doble de lo planeado y, lo peor, no ha empezado a operar y no produce ni un litro de gasolina, a pesar de que fue oficialmente inaugurada el 1 de julio de 2022.
Con bombo y platillo, el jefe del Ejecutivo Federal encabezó una rumbosa ceremonia y, de acuerdo con el archivo digital de la Presidencia declaró:
“Es un sueño convertido en realidad”, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador tras encabezar el corte de listón inaugural de la nueva Refinería, Dos Bocas, “Olmeca”, y recorrer las instalaciones.
“El primer mandatario explicó que este es el mejor sitio para una refinería, ya que anteriormente funcionó como terminal de Petróleos Mexicanos (Pemex) donde llega todo el petróleo de tierra y de aguas someras desde Tabasco y Campeche: un millón de barriles diarios, considerando que nuestro país extrae cada día un millón 700 mil barriles de crudo.
La realidad ha puesto en evidencia que no era ese el mejor sitio para construir la refinería, como tampoco era oportuno construir una planta como esa, cuando la demanda de gasolinas va en declive.
Casi un año después, el 19 de marzo de 2023, en sesión donde se conmemoró un aniversario más de la expropiación petrolera, el coordinador de los senadores del PAN, el veracruzano Julen Rementería del Puerto aprovechó para destacar los errores cometidos en esa construcción improductiva, pero ya inaugurada, y entre otros aspectos destacó la reacción negativa de la naturaleza: en ese lapso ya se habían registrado cuatro inundaciones en la flamante refinería.
De acuerdo con la versión oficial, aparecida en el portal del Senado, el legisladora panista denunció:
“El coordinador de las y los senadores del Partido Acción Nacional (PAN), Julen Rementería del Puerto, señaló que la Refinería Olmeca, ubicada en Dos Bocas, Tabasco, no tiene para cuando entrar en funciones y refinar, sigue inundándose y naufragando a la deriva, cosa que ya habían advertido los especialistas del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), quienes dijeron que dicho proyecto era inviable técnica y financieramente.
“Ingenieros del Instituto Mexicano del Petróleo lo dijeron en 2019, que veían incierto el destino de la refinería en Dos Bocas, lo cual en la actualidad las pruebas mecánicas no han podido arrancar, pese a que tiene más de ocho meses de haber sido ‘inaugurada’ y, por el contrario, a la menor lluvia se inunda, así como varias colonias de Paraíso, Tabasco, por una mala planeación en sus obras hídricas, por ello sigue inundándose no sólo en agua, sino en sobrecostos e improvisación naufragando a la deriva, y parece que lo único que llegará a refinar es agua”, precisó.
“No quitamos el dedo del renglón, insistimos en exhibir el fracaso para que se deje de engañar a los mexicanos, que Dos Bocas era el proyecto que el país necesitaba y no es así, es un capricho que todos nos hemos dado cuenta que no va a funcionar. Son los sobrecostos inexplicables, son la necedad de una refinería que no era necesaria para el país, y cuyo dinero se pudo haber destinado a dar mantenimiento a las otras refinerías que hoy están abandonadas a su suerte”.
Posteriormente, el gobierno encabezado por López Obrador ha presumido la rehabilitación de otras refinerías, pero el hecho es que importamos la mayor parte de la gasolina que consumimos. También se compró el total de otra refinería ubicada en Texas que México compartía con empresarios extranjeros, pero esa operación no agregó un solo litro de combustible, pues ya vendía el total de su producción en nuestro país.
El optimismo no decae, AMLO ofrece que terminará
el Tren Maya antes de que termine su mandato
A pesar de los reveses por no atender los dictados de la naturaleza, el inquilino de Palacio Nacional está actualmente empeñado en concluir el Tren Maya, que también ya fue oficialmente “inaugurado” sin estar concluido.
Este proyecto no sólo enfrentaba condiciones naturales adversas, sino que afecta al medio ambiente, como lo advirtieron todos los ecologistas, pero el mensaje no llegó o no fue atendido en Palacio Nacional, ni en las comandancias de las fuerzas armadas a las que se encomendó la tarea.
Pero no atender las demandas de la naturaleza tiene un costo y el flamante Tren Maya, ha ocasionado muchos trastornos. Para empezar, se talaron millones de árboles, lo cual desmintió al político tabasqueño, quien al anunciar su faraónico proyecto.
Antes de tomar posesión de su cargo, López Obrador concedió una entrevista a Carmen Aristegui, quien parecía cercana a sus afectos, y allí aseguró que no se afectaría al medio ambiente. Afirmó que en la construcción del Tren Maya, no derribaría ningún árbol.
“Ni un solo árbol, ninguno, nada. Al contario, vamos a sembrar 100,000 hectáreas en la zona del Tren Maya de árboles frutales y maderables. Yo soy de allá, conozco perfectamente todos esos pueblos, todas esas comunidades”, aseguró el originario de Tabasco.
Durante la conversación, la comunicadora le expuso un comunicado por integrantes de la sociedad, científicos, gente de renombre público, y demás activistas, entre ellos el finado pintor oaxaqueño Francisco Toledo, el filósofo Ambrosio Velasco, la activista Adelita San Vicente, en el cual le pedían no realizar la consulta sobre dicha obra, por los daños ambientales que se preveían, a lo que López Obrador contestó:
“Los respeto mucho, gente de primera, extraordinaria, pero con todo mi cariño, sin ofenderlos, no tienen información. Estás hablando de científicos, por eso los llamo: a los abajo firmantes, porque a lo mejor hay algunos de ellos que ni siquiera conocen el sureste.
Muchos árboles después, el 15 de diciembre de 2023, el político de Macuspana encabezó el recorrido inaugural del Tren Maya. Primera etapa, destacó la información oficial para encubrir el hecho de que se inauguraba una obra inacabada. De hecho hubo problemas y retrasos que deslucieron el arranque.
“Es una obra del pueblo y la vamos a cuidar todos, afirma el primer mandatario tras agradecer a trabajadores, empresas y autoridades; es inversión pública, no debemos nada”, destacó sin hacer referencia al enorme sobrecosto de ese proyecto que, según expertos, era del triple de lo presupuestado,
De acuerdo con cálculos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), citado por el diario El Economista, según el cual, para el presente año el proyecto habrá consumido 511.2 mil millones de pesos, lo que representa 3.3 veces los 156 mil millones de pesos presupuestados originalmente.
Con todo, López Obrador volvió ayer a las andadas y anunció que “ahora sí”, el ferrocarril quedaría concluido antes de que termine su mandato. Ofreció que la quinta, sexta y séptima etapas serán inauguradas en agosto. Claro habrá fiesta en cada ocasión.
A lo que no hizo referencia, es a las denuncias de vecinos de Bacalar, Quintana Roo, que hace apenas unos días padecieron una grave inundación, de la cual responsabilizaron a las obras del Tren Maya, que en esa zona se convirtieron en un dique, pues los ingenieros militares encargados de la obra no atendieron a la petición de los vecinos de dejar drenes para dar salida al agua.
El hecho es que en algunas partes el agua acumulada alcanzó una altura de 3.5 metros, se perdieron 2,500 hectáreas de siembras, además de afectar al menos 800 casas y decenas de automóviles.
Pero lo peor para el gobierno es que también quedó cubierto por las aguas un largo tramo (algunas versiones periodísticas indican que tiene una extensión de kilómetro y medio) de las vías del Tren.
Como siempre, primero los pobres.