¿Igualdad en la educación? Para empezar, escuelas de calidad en el país
Miguel Ángel Rivera lunes 22, Jul 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Sin duda es una aspiración generalizada, compartida por particulares y funcionarios del gobierno. Disponer de escuelas de educación media y superior, todas ellas de primera calidad, para todos los niños y jóvenes del país, es una utopía compartida.
A pesar de los intentos de una corriente de la llamada Cuarta Transformación por convertir a las escuelas (para empezar con las del sector básico) en centros de adoctrinamiento, también existe el instinto básico de que una buena educación para la mayor parte, si no es que, para la totalidad de la población, sería la ruta segura para llevar a nuestra nación a los niveles más elevados de desarrollo a nivel mundial.
Ejemplos existen. Confirman que una buena educación es un seguro punto de partida para alcanzar los altos niveles de desarrollo.
De acuerdo con diversos indicadores, especialmente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) que anualmente aplica un examen para medir las capacidades de los estudiantes de diversas naciones, conocida como PISA, los países con mejor sistema educativo son:
1. Corea del Sur
2. Japón
3. Singapur
4.China
5. Finlandia
6. Reino Unido
7. Canadá
8. Holanda
9. Irlanda
10. Polonia
Es de resaltar que, en los últimos años, los países asiáticos han mejorado su sistema educativo haciéndolos competitivos comparados con los países europeos. Por otro lado, podemos observar que Canadá es el único país de América que se encuentra dentro del ranking de los diez países con el mejor nivel educativo.
Otros estudios colocan a Finlandia como el país son mejor sistema educativo de todo el mundo y destacan que esto es resultado de que los profesores finlandeses valoran la igualdad de oportunidades y centran sus esfuerzos en garantizar que cada estudiante, independientemente de su origen socioeconómico, reciba una educación de calidad.
Esto último es un aspecto que, en México, los representantes de la llamada Cuarta Transformación tratan de implantar en el sistema educativo: ofrecer las mismas oportunidades a todos los estudiantes, independientemente del nivel socioeconómico de su familia.
Pero de momento, esa posibilidad es solamente un ideal.
Para empezar con lo elemental, de acuerdo con un estudio de la organización Mexicanos Primero, son más de 132 mil escuelas que no tienen luz eléctrica, baños, o incluso hasta carecen de lavamanos.
“Quien dará continuidad a la Nueva Escuela Mexicana (Mario Delgado) debe hacer frente a un sistema con carencias en infraestructura; 26 mil 463 escuelas de educación básica y media superior no cuentan con servicio de electricidad, 56 mil 109 operan sin agua, 43 mil 558 no tienen lavamanos y hay 5 mil 950 planteles sin sanitarios”, reveló Mexicanos Primero.
En el caso de los planteles de nivel media superior, en 2018, 25.2 por ciento de las escuelas del país no tenían acceso a agua potable y 14.9% a electricidad. Para 2021, el porcentaje subió a 25.7% en el caso de acceso a agua potable y a 13.7% en el caso de electricidad, pero para 2022 las cifras no se reportaron.
Un medio informativo que de ninguna manera puede ser considerado enemigo, ni siquiera crítico, de la llamada Cuarta Transformación, La Jornada, publicó el 30 de agosto de 2022, con motivo del inicio del nuevo ciclo escolar:
“El ciclo escolar 2022-2023 comenzó este lunes en los 31 estados del país entre carencias de infraestructura, falta de servicio de energía eléctrica, planteles saqueados durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus, en los que fue imposible iniciar actividades y otros con reparaciones inconclusas.
“Hubo quejas de padres por cuotas elevadas y maestros que protestaron para exigir plazas.
“La secretaria de Educación Pública y Cultura de Sinaloa, Graciela Domínguez, dio a conocer que el ciclo no se inició en 43 escuelas de la entidad porque no tienen electricidad o necesitan reparaciones.
“Padres de familia de la secundaria Jaime Torres Bodet bloquearon la avenida Manuel J. Clouthier, en Mazatlán, en rechazo a las cuotas de mil pesos que les pidieron por alumno y por las malas condiciones de la escuela”.
Si se trata de ofrecer igualdad a los niños y jóvenes, deberíamos empezar por ofrecer buenas instalaciones, ¿o no?
¿Y los maestros apá?
Fuera de los aspectos materiales, los objetivos de la educación mexicana, considerado el escalón básico, han recibido una fuerte sacudida en los últimos años, con una reorientación de sus objetivos.
En vez de dar prioridad a los aspectos de mejoría de las materias básicas, como matemáticas y dominio del idioma (muchos alumnos no comprenden lo que leen), se ha dado preferencia a los vínculos sociales, sin que se comprenda bien a bien cuál es el objetivo ni hacia donde se desea ir.
Las dudas y confusiones empiezan por los profesores, quienes no fueron capacitados cabalmente ni con suficiente tiempo para asimilar las novedades. Esto sin tener en cuenta anteriores deficiencias que tampoco permitían obtener lo mejor de una educación ahora despreciada por “conservadora” y “neoliberal”.
Bien capacitados o deficientes, el problema empieza porque ni siquiera el país tiene el suficiente número de profesores para atender toda la población.
“México se enfrenta a escasez de maestros, sobre todo en escuelas preescolares, primarias indígenas y telesecundarias ubicadas en zonas rurales, donde no hay docentes de inglés, artes, educación física o docentes especialistas en tecnologías”, reveló una nota del diario Excelsior de fecha 15 de mayo de 2023:
“De acuerdo con la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), las primarias de organización completa tienen hasta 8.3% de maestros de arte, mientras que los planteles multigrado 4.2%.
“En tanto, mientras que secundarias generales cuentan con 10.2% de docentes en tecnologías, en telesecundarias sólo hay 0.2% de profesores especializados.
“El déficit de maestros se acentúa en escuelas rurales y de contextos adversos y es mayor en preprimaria y secundaria, así como en áreas del currículo que requieren una especialización específica, como matemáticas, ciencias o programas interculturales bilingües, detalló Fernando Ruiz, investigador de la organización Mexicanos Primero.
“Además de solventar la carencia de docentes, otro reto es mejorar la calidad en su formación”, indicó.
Tales carencias hacen que, en la práctica, haya una división de buenas y malas escuelas, que se traduce en alumnos mejor preparados que otros para seguir adelante con estudios superiores.
Estos antecedentes resultan necesarios para poner en perspectiva recientes declaraciones de la virtual Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, quien desea eliminar el examen que aplica la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems) para asignar puestos en escuelas de educación media superior de la Zona Metropolitana del Valle de México, pues desgraciadamente no hay suficientes espacios para todos los egresados de secundarias, ni todas las instituciones de educación media superior ofrecen la misma calidad de estudios. Entonces, necesariamente, se tiene que hacer una clasificación en función de los conocimientos evidenciados por los aspirantes.
Cierto que esto va contra el principio de igualdad de oportunidades, pero la realidad se impone.
Por tratarse de un evidente proceso que acentúa las diferencias sociales, Sheinbaum Pardo se ha manifestado a favor de poner fin a ese examen.
“A un joven, un adolescente que sale de la secundaria y le dices tienes que presentar un examen de admisión y dependiendo de la calificación que tengas, te vamos a mandar a una u a otra preparatoria. Ya desde ahí, desde los 15 años (de edad) estás diciendo que hay buenas escuelas y hay escuelas no tan buenas, y que dependiendo de tu calificación te voy a mandar a una u otra”, dijo Sheinbaum Pardo para respaldar su postura.
Comparando el sistema educativo mexicano con el de Estados Unidos, Sheinbaum sugirió que los estudiantes deberían asistir a la preparatoria más cercana a su domicilio, tal como sucede en muchos estados de EU, donde las secundarias y preparatorias están a menudo integradas.
Son buenos deseos y es, también, un indicador de una de las tareas fundamentales que deberá cumplir el próximo gobierno federal: suficientes escuelas y todas de buena calidad.