Verdaderas mentiras
Freddy Sánchez jueves 18, Jul 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Es de que” todo fue puro cuento…
Algo por el estilo dijo Emilio Lozoya, ex director general de Pemex, en relación con las imputaciones que hizo para conseguir los beneficios de la figura legal conocida como “criterio de oportunidad”.
Una forma adoptada legalmente en sustitución de lo que fuera el concepto de “testigos protegidos” para favorecer penalmente a quienes con su testimonio permitieran acusar a personajes de alto nivel en la comisión de los delitos en un caso de corrupción, principalmente.
Así que para verse favorecido en el proceso penal que se había instruido en su contra el prominente funcionario petrolero dio nombres y “santo y seña” de supuestos actos de corrupción que involucrarían a gente de “la plana mayor” del gobierno de Enrique Pela Nieto.
Y en ese tenor cabe recordar que el festejo sexenal fue mayúsculo a tal grado que se habló que con el gobierno de Andrés Manuel estaba comenzando “el juicio del siglo” contra la corrupción.
El detonador fue después de la extradición de Lozoya el cúmulo de información que aportaría a la causa penal para beneficiarse penalmente y permitir la persecución judicial de algunos “peces gordos” del régimen anterior, entre ellos el mismo Pela Nieto.
Una creencia que el tiempo se encargó de desmentir conforme el proceso contra Lozoya poco o nada contribuyó a obtener denuncias con pruebas indubitables sobre conductas ilegales del propio Peña Nieto como de otros de sus hombres de confianza.
Así que su posible encarcelamiento, por supuestos actos de corrupción, se fue desvaneciendo hasta prácticamente desaparecer con las nuevas declaraciones del ex director de Pemex, sobre que todo lo que dijo fue un invento para favorecerse legalmente.
En resumidas cuentas, entonces, éste ha sido uno de esos casos en que la justicia resulta mancillada por las patrañas de quienes acusan y lo que en apariencia realmente buscan es hacer un gran tongo judicial.
En cuántos casos se ha hecho lo mismo en el pasado y se hará en el futuro, es difícil saberlo, aunque fácil adivinarlo por las habituales teatralidades de la política con el uso faccioso de la justicia.
Eso no significa que invariablemente los procesos penales en los que se involucra a un político solamente se busque un efecto mediático porque hay acciones sustentadas en un propósito de justicia.
Así y todo, no es descartable una intención distinta cuando se actúa para encarcelar o simplemente desacreditar la reputación de adversarios políticos que tuvieron y dejaron de tener un gran poder y que, obviamente, se ganaron odios y resentimientos, actuándose en su contra, algunas veces, recurriendo a acusaciones con base en verdaderas mentiras.