La Iglesia prohíbe casarse a pareja que trabaja en el Banco del Vaticano
* Especiales, Mundo miércoles 17, Jul 2024
- Polémica porque amenazan con echarlos
Una pareja de católicos que trabaja en el Banco del Vaticano se enfrenta a la disyuntiva de casarse o perder el trabajo, pues una regla de la institución establece que marido y mujer no pueden compartir la vida laboral, por lo que uno de los dos debe renunciar para que la ceremonia pueda realizarse. De no ser así, el organismo rescindirá el contrato de ambos.
Se conocieron por trabajar juntos en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), también conocido por ser el Banco del Vaticano y, luego de un tiempo, decidieron formalizar la relación con la celebración de sus nupcias, al ser los dos profesantes de la misma fe, quisieron llevar a cabo una ceremonia acorde a su religión.
El diario “Il Messaggero” refiere que una nueva norma “entrada en vigor en el Torreón de Nicolás V”, donde se encuentra la sede del banco, establece que marido y mujer no pueden compartir la vida laboral.
No obstante, la normativa contempla que el problema se «solucionaría» si alguno de los dos renunciara voluntariamente: «La presente causa de pérdida de los requisitos de contratación se entiende superada para uno de los dos cónyuges siempre que el otro cónyuge cese su relación laboral con el Instituto y con las otras administraciones del Vaticano en el plazo de 30 días desde la celebración del matrimonio». Caso contrario, «el Instituto tiene el derecho de rescindir inmediatamente la relación laboral existente con los empleados».
Además, según Il Messaggero, el caso está siendo considerado por el Tribunal del Trabajo de la Santa Sede (ULSA, por sus siglas en italiano). En ese sentido, la opinión que circula en dicha sala es que los dos prometidos deberían primero casarse para impugnar su despido automático, un desenlace que los dos jóvenes buscan evitar.
La situación de la pareja del IOR no pasó inadvertida en el Vaticano, a pesar de los rumores de que la Santa Sede estaría callando sobre el asunto. Por ese motivo, no se descarta que llegue una intervención resolutiva del Papa Francisco.
Inconformidad entre los empleados
Ante esta situación, un sindicalista explica que “notamos que hay sujetos (¿monseñores?) que consideran a los representantes de los trabajadores como un elemento de disturbio”.
Se hizo notar que el texto del reglamento establece que la pérdida del derecho a la asunción se extiende al matrimonio también de un empleado del IOR con un dependiente de otras administraciones internas del Estado Ciudad del Vaticano. Salvo que uno de los cónyuges renuncie al trabajo en la Santa Sede, lo que permite al otro cónyuge superar las exigencias para el mantenimiento del empleo.
Los representantes sindicales “pedimos la modificación de los aportes par las familias, que hoy arriban casi exclusivamente al mono rédito”.También se reclaman “mayores tutelas par las familias que tienen un miembro inhábil en el propio núcleo”.
Los sindicalistas sostienen que “continuamos a hacer nuestro trabajo, haciendo mediaciones para crear un punto entre dependientes y superiores para que éstos sean siempre escuchados y valorizados. Sabemos que no es un deber fácil pero alguien debe asumirse la tarea, como en todas las organizaciones donde está en vigencia del estado de Derecho”.
También se reclama al Papa que ponga al ULSA, el Tribunal del Trabajo interno, efectivamente en grado de intervenir donde hay contenciosos.
Levantaron una tormenta y no se conoce ningún resultado de los pedidos de 49 empleados de los Museos Vaticanos que reclamaron a la gobernación que administra en el Vaticano la justicia en materia de reglas, sueldos y gestiones de las enfermedades.