Sociedad anónima
Freddy Sánchez jueves 4, Jul 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Qué tanto se avanzó en la lucha contra la corrupción durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Las comparaciones suelen ser odiosas como se dice, pero al mismo tiempo son indispensables.
Y es que para dar una calificación habría que remitirse a los recientes gobiernos federales y sus respectivas acciones en materia de perseguir a los autores de lo que ha sido un mal recurrente en las administraciones públicas.
O sea el abuso del poder.
Para visualizar las diferencias entonces es menester referirse al menos a los períodos en que gobernaron el país, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Enrique Peña para contrastarlos con lo realizado en el gobierno de AMLO.
Y una vez realizada esa tarea, lo más probable es que más allá de los logros o fracasos de los que se tenga memoria en contra de la corrupción durante todos los años mencionados, la evaluación de la 4T quedaría por debajo de lo aceptable.
Eso no significa que anteriores gobiernos hubieran tenido un desempeño aprobatorio y ejemplar, ya que en resumidas cuentas los actos de autoridad para combatir las prácticas inmorales en la administración pública en otros tiempos y en el presente sexenio, en la percepción colectiva han dejado mucho que desear.
Sobre el particular es pertinente mencionar que distintos personajes altamente influyentes en el ejercicio de la burocracia en varios ciclos institucionales fueron objeto de acciones penales y terminaron en la cárcel.
En ese aspecto, quizás la medida más sorprendente contra la corrupción tuvo que ver con la captura y el encarcelamiento de Raúl Salinas de Gortari en la época de Ernesto Zedillo.
“La Quina” y la maestra Elba Esther Gordillo, además de otros personajes de la vida pública y privada de México, conocieron de acciones implacables en su contra en administraciones pasadas.
Y en el sexenio que corre también hubo casos relevantes de persecución judicial como el de ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Rosario Robles.
Así y todo, prevalece la sensación de que el “brazo de la ley”, igual que antes o incluso más que con los gobiernos anteriores, no logró llegar hasta todos y cada uno de los que pudieran ser vistos socialmente como presuntos responsables de conductas abusivas en altos cargos gubernamentales o políticos electorales.
El aparente amasamiento de grandes fortunas de la corrupción que se hizo notar mediante denuncias periodísticas puso en evidencia a no pocos actores cercanos al ejercicio presidencial y aunque el propio Presidente se refirió a estas revelaciones como calumnias sin pruebas en opinión de algunos críticos hubo un mínimo afán por investigar.
Por otra parte, del mismo modo que sucedió en el pasado la lucha contra la corrupción sigue siendo un imperativo que demanda medidas tan radicales como en el caso de la criminalidad violenta a cargo de mafias que en buena medida continúan operando a causa de presuntas connivencias entre jefes criminales, funcionarios y políticos.
Un producto derivado de la misma corrupción al amparo de lo que podría catalogarse entre pillos y “padrinos” políticos como una sociedad anónima.