El PRI en busca de quien lo salve de la extinción
Miguel Ángel Rivera miércoles 3, Jul 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Nacido desde el poder hace más de 90 años, el PRI (antes PNR y luego PRM), gobernó a México durante 70 años ininterrumpidos y, luego, tras un receso de 12 años en los que fue superado por el PAN, para luego sucumbir ante un partido que se nutrió de sus desechos, Morena, ahora enfrenta nuevamente los vaticinios negativos acerca de su muy cercana defunción.
En 2018, con un candidato de origen interno, porque los propios fueron despreciados, José Antonio Meade, el popularmente conocido como tricolor obtuvo 7,677,180 votos (13.56% del total), frente al triunfador Morena que, con su abanderado, el ex priista Andrés Manuel López Obrador, superó los 30 millones de votos enfrentó por segunda ocasión (después de ser superado por el PAN en 2000 y 2006) los pronósticos de una segura y pronta muerte.
Esto lo llevó a una inesperada alianza con los partidos que le habían disputado el control del país en los últimos años. Primero, el PAN, nacido diez años después, que fue durante muchos años la única oposición real, y luego el PRD, surgido de una escisión interna fortalecida por la unión con partidos de izquierda que habían sido marginados de las contiendas electorales oficiales durante la mayor parte del pasado siglo XX. De hecho, el mayor avance de las fuerzas aglutinadas en el llamado partido del sol azteca lo alcanzaron cuando todavía no aparecía el PRD y disputaron la elección presidencial de 1988 como Frente Democrático Nacional y, según sus simpatizantes, sólo pudieron ser superados mediante un fraude conocido como la “caída del sistema”, en el cual fue figura relevante el entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, quien ahora es un personaje relevante de la llamada Cuarta Transformación como titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El fenómeno electoral de 2018, calificado de tsunami por lo arrollador de la victoria de López Obrador, dio lugar a nuevas advertencias de que el otrora invencible tricolor estaba en vías de extinción, versiones retroalimentadas por las continuas defecciones de figuras relevantes y otras de menor nivel, pero mucho más numerosas.
Con todo, la alianza con las otrora fuerzas opositoras, les dio a los priistas momentos de reposo y algo de esperanza, sobre todo, a partir de las elecciones intermedias de 2021, en las que lograron resultados alentadores en la capital y otras regiones del país, así como aumentar su presencia en la Cámara de Diputados, con suficientes votos como para malograr una mayoría calificada de Morena y sus rémoras del PT y PVEM.
Todo el optimismo se vino abajo luego de los resultados de las votaciones del reciente 2 de junio. En vez de avanzar, el otrora invencible partido registró un nuevo retroceso, pues disminuyó su votación en casi dos millones, lo que traducido en términos proporcionales representó casi el 25 por ciento, es decir, una cuarta parte de los sufragios obtenidos en 2018, con los consiguientes vaticinios de que, pronto, seguirá la misma deplorable ruta del PRD, que ya perdió el registro nacional y apenas está en espera de que esto se haga oficial.
En la Cámara de Diputados, los resultados han sido igualmente desalentadores para los priistas. En 2018, el tricolor obtuvo 9’310,523 votos (16.53%). En 2021, esta cifra disminuyó a 8’715,899 votos (17.73%), y en 2024, cayó a 6’574,223 votos (11.11%).
¿Y quién podrá salvarnos?
Ante resultados cada vez más negativos, resulta obligada la pregunta acerca de las posibilidades de que no se cumplan los pronósticos que ya extienden el certificado de defunción al instituto político creado por Plutarco Elías Calles, en momentos en que, por otra parte, se habla de la posibilidad de que reaparezca otra de sus invenciones: el maximato (pero esa es otra historia).
El actual dirigente nacional del tricolor es el ex gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, conocido popularmente como “Alito”, quien encabeza una corriente que tiene el control casi total del partido, con el respaldo de figuras como la secretaria general Carolina Viggiano y su marido, el coordinador de los diputados federales, el ex mandatario de Coahuila Rubén Moreira, quien seguirá al frente de ese grupo durante el próximo trienio, mientras que Moreno Cárdenas va al Senado, en donde tal vez no sea coordinador, pero sin duda tendrá un peso relevante en las acciones y decisiones de su bancada.
Hasta ahora, el control de ese grupo sobre el tricolor no puede ser rebatido por la vía legal, pues todos sus procedimientos los han cumplido conforme a sus estatutos y no pueden ser refutados ante las autoridades electorales, las cuales sólo dan cuenta del registro de los diversos procedimientos.
Esto no significa aceptación general en todos los organismos incorporados ni en todas las organizaciones filiales. Con frecuencia se registran desacuerdos con la dirigencia encabezada por Moreno Cárdenas, como la salida de una parte importante de su bancada en el Senado, protesta encabezada por el antes poderoso secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.
Todavía apenas el lunes anterior, se manifestó otra corriente interna opuesta a la posibilidad de que, en la venidera Asamblea Nacional del partido, se acuerde la reelección de “Alito” Moreno.
Como vocera de este grupo apareció la ex gobernadora de Yucatán y ex presidenta del partido Dulce María Sauri, quien advirtió que la reelección de Moreno como líder del partido acabará de destruir al PRI.
No obstante, lo que parece radical oposición, la corriente inconforme no solicita la renuncia inmediata de la actual dirigencia, sino que le concede un plazo para continuar al frente.
Según lo expresado por Sauri, se pide que concluya la actual dirigencia del PRI una vez que se califiquen la elección presidencial de este 2024, lo cual podría posponerse hasta el 6 de septiembre, es decir, un mes más tarde de que se realice la Asamblea Nacional en la que presuntamente se decidirá el futuro del partido y para la cual ya se realizan asambleas distritales y estatales en donde se elegirá a los delegados que participarán en la reunión nacional, que es el máximo órgano de gobierno de ese instituto político.
No obstante, la oposición, según Sauri, propone “encontrar una dirigencia interina que conduzca el proceso hacia una verdadera Asamblea Nacional del PRI, que implica en primer término hacer una evaluación crítica de lo que ha pasado de 2019 a la fecha”.
“Después de esa evaluación crítica empezar a hacer las propuestas para reformas los documentos básicos del PRI… y, por último, convocar a una elección de una dirigencia nacional, por un periodo estatutario de cuatro años, como una consecuencia no como una definición de entrada”, apuntó.
En esa corriente opositora aparecen ex legisladores y ex gobernadores del Revolucionario Institucional como Natividad González de Nuevo León y José Reyes Baeza, de Chihuahua, quienes forman parte del denominado Frente Amplio de Renovación Interna, quienes no se sólo se oponen a la reelección, sino que exigen la renuncia de Alejandro Moreno.
La decisión acerca del cercano futuro del ex poderoso partido está por decidirse, al menos formal y legalmente, el venidero domingo siete del presente mes, cuando se realice la Asamblea Nacional Ordinaria del tricolor, convocada por la dirigencia del partido encabezada por “Alito” Moreno, la cual oficialmente se presenta como una revisión de lo ocurrido y la oportunidad de presentar un más que necesario “plan de rescate” (en realidad de supervivencia), pero que se presume sólo será una formalidad para ampliar el mandato de su actual dirigencia encabezada por el político campechano.
Al respecto, la corriente opositora representada por Sauri advirtió que en caso de que Moreno Cárdenas busque su reelección se estaría condenando al PRI a su destrucción.
“Esta es una nueva vuelta de tuerca que Alejandro Moreno está realizando en su propósito de acabar de destruir al PRI”, aseguró Sauri en entrevista por Radio Fórmula.
“Con la dirigencia encabezada por Alejandro Moreno el fin del PRI tiene año y es 2030 (…) Si consuma esto va estar en condiciones de reducir al PRI a una franquicia que se va a vender al mejor postor”, agregó la ex mandataria yucateca, quien lamentó que, desde que “Alito” asumió la dirigencia del PRI, ha habido un proceso de control total del partido para mal.