La degradación del Poder Legislativo
Luis Ángel García miércoles 3, Jul 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Desde que inició el sexenio, que ahora está por fenecer, se desarrolló una estrategia política para desaparecer la división de poderes y los contrapesos constitucionales; en menos de seis años casi acaban con la democracia y lo que no intentó el PRI en más de setenta años, la 4T lo consiguió en un gobierno: destruir las instituciones. El voto de confianza que les dio la ciudadanía en 2018 lo entendieron como un cheque en blanco para edificar una presidencia imperial que requería de un abyecto Congreso y la nulidad de la acción judicial para no sancionar los abusos de poder. Y casi lo logran. Convirtieron al Legislativo en una oficialía de partes que aprobaba sin quitarle una coma a las iniciativas presidenciales. Se acabó la práctica parlamentaria y sólo sirvieron diputados y senadores de punta de lanza para suprimir la independencia de la Suprema Corte.
En las pasadas elecciones se llenaron las candidaturas de la coalición de la 4T con personajes que cubrían el pago de cuotas a socios, amigos, familiares y gente a la que había que garantizar impunidad o como espacios para subordinados que ocuparán efímeramente los lugares mientras son catapultados a posiciones dentro de la nueva administración pública. Tal es el caso del senador chilango Omar García Harfuch -cuya campaña pasó sin pena ni gloria-, quien calentará el escaño si acaso un mes, en lo que lo designan titular de la SSPC, donde dirigirá una entelequia, ya que la Guardia Nacional pasará a la Sedena; reclusorios federales y el Sistema Nacional de Seguridad Pública son organismos desconcentrados que no pelan a su cabeza de sector. Lo fuerte del ex secretario de Seguridad Ciudadana capitalina es la inteligencia, pero actualmente es un ex militar ligado al Presidente quien controla esa área, habrá que ver si los verdes le dejan intervenir en ese coto de poder, el cual también sirve para el espionaje y la venganza política, menos para la seguridad nacional.
Otro caso de desdoro en el Parlamento fue la candidatura de la muy cuestionada exfiscal de la CDMX, Ernestina Godoy, quien se la pasó “pateando un bote” como candidata a la Cámara alta, sabedora de su efímero paso por el Senado. Tiene un doble regalo: en la nueva administración será la consejera jurídica en espera de que se consolide el golpe de Estado al máximo tribunal del país y seguramente será propuesta como una ministra sufragada por el pueblo bueno y sabio; sin duda obtendrá un porcentaje cercano al ciento por ciento de los votos.
Si en esta Legislatura se perdió la dignidad de los representantes populares, quienes aceptaron cumplir con el papel de lacayos del Ejecutivo, poco se puede esperar de los nuevos tribunos; son esbirros que tienen que agradecer el favor que les hicieron al nominarlos, son cuotas que se pagan por el servicio prestado a la 4T para continuar con su proyecto político. La mayoría de los ignotos legisladores no tiene la menor idea de la función parlamentaria y no saben presentar proyectos de ley, pero esa no será su función, porque lo único que necesitan es levantar el dedo para aprobar las iniciativas que les envíe desde Palacio Nacional su jefa política.
Es deplorable el bajo nivel intelectual de los nuevos integrantes de las Cámaras, se salvan los chapulines que quieren fingir ser legisladores de carrera, cuando sus brincos entre escaños y curules o los cambios de partidos y camisetas sólo han propiciado la pérdida de su moral política y la falta de confianza entre sus electores. Como dicen los vocingleros de la 4T, el pueblo ya los conoce, está más informado, ya no los engaña. Sabe que ya no hay parlamentarios que discutan leyes o pretendan resolver los graves problemas nacionales, pero también es un pueblo resignado a que sea el Presidente el que decida el futuro de una nación. Como la Selección Nacional de futbol, el Congreso es la decepción nacional.