“Alito” Moreno, gran aliado de la 4T
¬ Francisco Reynoso martes 2, Jul 2024Triple Erre
Francisco Reynoso
Equivocadamente, el triunfo aplastante de Morena y de la 4T sobre la coalición opositora PRI-PAN-PRD se le atribuye, mayoritariamente, al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y no son pocas las voces que jura que los 35 millones de votos que recibió Claudia Sheinbaum Pardo el 2 de junio fueron consecuencia de los programas sociales en los que el gobierno de López Obrador gasta billones (billones con B de bruto).
Esto último es cierto en gran medida. La relación matemática no deja espacios para las dudas. Los beneficiarios de los programas asistenciales de López rebasan los 32 millones de personas (hombres, mujeres, ancianos, jóvenes). Es probable que López tenga, y también Sheinbaum, tres millones de simpatizantes desinteresados.
En los merecimientos del triunfo de Morena y la 4T los analistas político electorales discriminan a personajes importantes… definitivos. Uno de ellos, quizá el más significativo, es Alejandro Moreno Cárdenas, a quien en todo México conocen por su remoquete: “Alito”.
El presidente nacional del PRI, en seis años que acumula al frente del partido, lo ha convertido en una piltrafa… quizá en el partido político más repudiado no sólo por sus integrantes, mayoritariamente por los ciudadanos que lo padecieron durante 70 años.
Muchos de los 35 millones de votos que recibió la candidata presidencial de la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena-PT-Partido Verde) tuvieron la intención de joder al PRI, no tanto a Xóchitl Gálvez, específicamente al Revolucionario Institucional y sobre todo y más que nada a su líder “Alito” Moreno.
Moreno Cárdenas llegó a la presidencia del PRI en 2019, nueve meses después de que Andrés Manuel López le ganara la presidencia a José Antonio Meade con la colaboración de Enrique Peña Nieto.
“Alito” relevó en la dirigencia a Claudia Ruiz Massieu quien entró de “bombera” cuando reventó René Juárez Cisneros, ex gobernador de Guerrero, quien se hizo cargo del batidero que dejó Enrique Ochoa Reza. Y a partir de entonces, el campechano hizo todo lo humanamente posible para destruir al PRI. Y no le costó trabajo porque su ambición económica y sus corruptelas fueron muy superiores a su talento e inteligencia.
En 2018 el PRI gobernaba en 19 estados, tenía 61 de los 128 senadores y 203 de los 500 diputados federales. Con “Alito” en la dirigencia nacional del tricolor inició la decadencia. Ahora es gobierno sólo en Coahuila y Durango y sólo ganó 9 de 300 distritos federales; su bancada en la Cámara de Diputados será de 35 cuando mucho.
Desde que “Alito” asumió la dirigencia nacional, el PRI se ha ido desangrando poco a poco. Desertaron muchas figuras, entre ellas Miguel Osorio, Claudia Ruiz Massieu —sobrina de Carlos Salinas de Gortari— José Narro Robles, Omar Fayad, Alfredo del Mazo, Eruviel Ávila, Héctor Astudillo y muchos más… miles más.
Y todo ese ejército de ex priistas, gracias a “Alito” Moreno, votaron por Morena y Claudia Sheinbaum Pardo. Y millones de mexicanos asqueados del PRI, en especial del PRI de “Alito”, fueron parte de esos 35 millones de votantes a favor de la cuarta transformación.
¿Por qué Alejandro “Alito” Moreno se aferra a la presidencia del PRI?
¿Por qué demonios se aferra al “hueso” si la inmensa mayoría de los priistas lo repudia… lo vomita?
¿Por qué no quiere dejar la presidencia nacional del Revolucionario si en cinco años lo ha dejado en la miseria política, lo convirtió en un guiñapo?
¿Será que “Alito” Moreno se agarra con dientes y uñas a la dirigencia nacional del PRI para desde ahí luchar por la justicia social y combatir la pobreza, marginación y la desigualdad en la que viven 60 millones de mexicanos?
En las fuerzas vivas del Revolucionario Institucional la opinión que tienen de “Alito” Moreno es la misma que han expresado algunos que fueron figuras y pilares del PRI.
Nadie cree en las buenas intenciones del campechano. Tienen claro que Alejandro ha utilizado la política y al PRI para hacer negocios millonarios. Y quiere mantenerse en la presidencia del tricolor, a la par de ser senador, para blindarse y no correr el riesgo de que López Obrador, líder máximo de Morena y de la Cuarta Transformación, a través del gobierno de Claudia Sheinbaum, decida meterlo a la cárcel.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos