Es lo que hay
Carlos Ramos Padilla lunes 1, Jul 2024Se comenta sólo con…
Carlos Ramos Padilla
“Es lo que hay” era la justificación colectiva previo a las elecciones en México. La insatisfacción por los aspirantes era evidente aunque se exigía más, pero no había de dónde, así que a escoger por encuestas.
Pues lo mismo ocurre en Estados Unidos, dos candidatos que nos recuerdan la muy peligrosa situación que se encuentra el planeta.
Biden y Trump, ambos inquilinos de la Casa Blanca, nadan en la desfachatez, acusaciones y falta de compromiso. El debate presidencial se tradujo en un ejercicio vergonzoso y preocupante.
Se enfrentaron escupiendo descalificaciones, dos personajes insólitos: uno, delincuente con acusaciones penales y el otro con abierta debilidad física y mental.
Trump, altanero, soberbio, desparpajado, ofensivo, como siempre. Biden, extraviado, distraído, sin reflejos ni articulación. Trump agresivo, Biden, pasivo. Trump, decidido a todo evento militar para probar su músculo de poder. Biden, conciliador que por lo pronto ha evitado que los conflictos en Medio Oriente se desborden. Trump, que enfrenta a Corea del Norte anticipando que sus bombas nucleares son más hermosas. Biden, reconciliando intereses entre Rusia y Ucrania, entre Israel y Hamas.
Dos personajes que prefieren debatir sobre su disposición en el golf que mostrar su disposición a enfrentar a potencias como Rusia, China e India.
Un Trump que acusa a Biden de colocar a Estados Unidos en el nivel tercermundista. Un Biden que replica con los rebotes negros en la economía durante la gestiona de Trump. Muchos señalamientos, pocas, muy pocas definiciones. Lamentable que traten de desmerecer al oponente por características físicas o problemas de edad.
Dos hombres sentados en la silla más poderosa del mundo refiriéndose uno al otro como el “tipejo”. Un desgaste innecesario a la investidura presidencial que indica además su baja educación y su simpleza como individuos.
No hay duda, en los últimos 30 años Estados Unidos ha perdido su fuerza, su vitalidad. Ha dejado de ser el conquistador del espacio sideral, el líder deportivo indiscutible, el eje de equilibrio mundial, el ejemplo de seguridad urbana y de democracia.
Hoy vemos como un presidente permite, ordena y festeja el ataque al Capitolio. Su presencia continental en América ha dejado mucho que desear permitiendo que individuos como Chávez o Maduro lo desafíen con burlas y chistes malos, que Cuba reciba en sus costas submarinos rusos, que Ortega tome como como patio de recreo personal a Nicaragua o que México sostenga gran parte de su economía por las acciones del narcotráfico.
El problema de Biden es sobrevivir y ganar las elecciones es que le quedarían cuatro años más que es difícil que pueda aguantar. Pero es lo que hay, no más, a menos que los demócratas y los republicanos decidan, pero ya, buscar mejores opciones e iniciar una auténtica, creíble y verdadera campaña política hacia la Casa Blanca, de lo contrario eso que hay da pavor.