Los manejos de Hacienda
Luis Muñoz lunes 15, Ago 2011Segunda vuelta
Luis Muñoz
Mientras se decide si renuncia o no a la Secretaría de Hacienda para dedicarse a hacer campaña, Ernesto Cordero deberá seguir cumpliendo con las exigencias de su cargo y dar cuenta del porqué de su afán en retener los recursos que el Congreso autorizó para caminos rurales y carreteras.
Ante esta situación, la diputada Maricela Serrano Hernández dijo que el gobierno federal debe responder de cara al Congreso por el uso partidista que le da a los recursos públicos y anunció que una vez iniciados los trabajos del próximo periodo ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados, en septiembre próximo, se solicitará a la Auditoría Superior de la Federación que realice una profunda fiscalización a los dineros que maneja la SHCP. De acuerdo a cifras oficiales entregadas por la propia dependencia a la Cámara baja, “se puede afirmar que existen graves deficiencias en el ejercicio del gasto público y se ha hecho un mal uso del mismo; no dudamos que estén siendo utilizados para la promoción personal de Cordero Arroyo en su afán de ser el abanderado panista para el 2012”, aseveró la legisladora.
La semana pasada la representante popular priísta encabezó una comisión de dirigentes sociales del país que reclaman, desde marzo de este año, la aplicación de 400 millones de pesos para caminos rurales y carreteras en ocho estados de la República. Sin embargo, pese a sus reiterados reclamos, no ha recibido respuesta, razón por la que, acompañada de unos 20 mil integrantes de Antorcha Campesina, acudió hasta la sede de la dependencia para denunciar que el gobierno de la República, de manera facciosa, retiene el presupuesto federal sin justificación alguna.
Como siempre, comentó la diputada, funcionarios de la dependencia federal aducen que los expedientes que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes les envió para incluir presupuestalmente proyectos de 30 caminos en los estados de México, Zacatecas, Guanajuato, Jalisco, Hidalgo, Michoacán, Querétaro y San Luis Potosí, “se hizo fuera de tiempo”.
LOS SUPREMOS PODERES
Casi desapercibido pasó este 14 de agosto, día en el que (1867) se publicó en el Diario Oficial la “Convocatoria para la elección de los supremos poderes federales” y la “Circular de la Ley de Convocatoria”, expedida por Sebastián Lerdo de Tejada, ministro de Relaciones Exteriores y Gobernación.
El Instituto Nacional de Estudios Políticos establece que la convocatoria provocó controversia por la forma en que proponía -plebiscito- para reformar la Constitución de 1857, pues contravenía el Artículo 127 de la misma: decía que en el acto de votar durante las siguientes elecciones a celebrarse al mes siguiente, 22 de septiembre de 1867, los ciudadanos expresarían su voluntad acerca de cinco puntos contenidos en el artículo; uno de ellos era: “Que el Poder Legislativo de la Federación se deposite en dos cámaras, fijándose y distribuyéndose entre ellas las atribuciones del Poder Legislativo”. En general, la opinión pública se opuso al procedimiento para hacer la reforma. Algunos gobiernos de los estados no la publicaron y otros lo hicieron de manera incompleta.
Cuando los constituyentes que redactaron la Carta Magna de 1857 suprimieron el Senado, habían sido motivados por la necesidad urgente de acelerar la transformación del país y haciendo uso de facultades extraordinarias, otorgadas por el Congreso, el Ejecutivo había pacificado al país. Así, para consolidar los principios de la Reforma, restablecer el equilibrio de los dos poderes y fortalecer la figura del Ejecutivo frente al Congreso, Juárez y Lerdo de Tejada pensaron en la conveniencia de reinstaurar el Senado y otorgar la facultad de veto del Presidente: “… Se propone que el Poder Legislativo se deposite en dos cámaras… Es la opinión común, que en una República federal sirven las dos cámaras para combinar en el Poder Legislativo el elemento popular y el elemento federativo. Una Cámara de Diputados, elegidos en número proporcional a la población, representa el elemento popular y un Senado, compuesto de igual número de senadores por cada estado, representa el elemento federativo. Ha sido una objeción vulgar, que el Senado representa un elemento aristocrático.