Uno de cada tres adultos, entre 65 y 74 años, pierden audición
Elsa Rodríguez Osorio, Salud viernes 28, Jun 2024Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- El 48% de los trabajadores viven con altos niveles de estrés
La sordera y la demencia pueden presentarse conforme avanza la vejez que pueden complicarse aún más cuando se presentan de forma conjunta. MED-EL, líder en soluciones auditivas, advierte que las personas con problemas de audición tienen un mayor riesgo de sufrir deterioro cognitivo y demencia en comparación con aquellas con audición saludable. Los primeros indicios de sordera durante la vejez pueden ser simples, por ejemplo, se pueden hacer evidentes en la incapacidad para escuchar sonidos comunes como una alarma o un timbre. Esta afección generalmente involucra a ambos oídos y, al ser un proceso gradual, muchas personas no se percatan de ello. Según un estudio de MED-EL, en México, el 36% de las personas mayores de 55 años nunca se han sometido a una prueba de audición, a pesar de que la probabilidad de padecer hipoacusia aumenta con la edad. El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) informa que aproximadamente 1 de cada 3 adultos entre 65 y 74 años experimenta algún grado de pérdida auditiva, mientras que casi la mitad de las personas mayores de 75 años en México enfrentan dificultades para oír. Además, el IMSS señala que, debido al aumento en la esperanza de vida, esta condición se vuelve más común con la edad, afectando hasta al 30% de los mayores de 85 años. “Los adultos mayores que sufren hipoacusia tienden a aislarse y a experimentar depresión, lo que podría reducir la estimulación cerebral. Por ello, las soluciones auditivas como los implantes cocleares o los audífonos son una opción que podría ayudar a los pacientes a mantenerse motivados y a reducir el deterioro cognitivo, al mejorar su capacidad de comunicación”, afirma Dulce María García Jacuinde, médico audióloga y de soporte clínico en MED-EL México. Algunas consecuencias que podrían causar la demencia y la pérdida auditiva: Aislamiento social: La sordera suele dificultar la comunicación, lo que a su vez lleva al aislamiento, esta falta de interacción es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo. Disminución del estímulo auditivo: La hipoacusia disminuye la cantidad de estímulos auditivos que llegan al cerebro. Menos estímulo implica menor actividad cerebral en las áreas relacionadas con el procesamiento de sonidos y el lenguaje. Aumento de la carga cognitiva: Las personas con sordera deben esforzarse más para entender el habla, lo que puede llegar a desviar recursos cognitivos de otras funciones mentales y afectar la memoria y el razonamiento. La detección temprana de la pérdida auditiva es crucial en todas las etapas de la vida y un diagnóstico oportuno puede facilitar la comunicación e interacción con otras personas.
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El estrés emocional está considerado un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, además, de acuerdo con el informe “El estado del lugar de trabajo 2023”, elaborado por Gallup, empresa de análisis de información, menciona que el 48% de los trabajadores en México vive con altos niveles de estrés laboral, uno de los más altos registrados en América Latina.Cuando una persona sufre de estrés prolongado, el cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina, que puede elevar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. La alta presión sanguínea ejerce una carga excesiva sobre el corazón, debilitándolo La evidencia científica sugiere que existe una correlación entre el estrés y el aumento de colesterol, la hipertensión, el tabaquismo y el sedentarismo, factores que pueden impactar directamente en la salud cardiovascular. De acuerdo con el doctor Antonio Jordán Ríos, médico cardiólogo, el estrés es una reacción del organismo ante situaciones adversas que puede provocar taquicardia, sudoración excesiva, levantamiento de los vellos de la piel, frialdad u hormigueo de extremidades, además de sensación de vacío en el estómago. La conexión entre el estrés y la salud cardiovascular es compleja y multifacética, ya que involucra varios mecanismos tanto fisiológicos como psicológicos. “Mantener un estrés constante, sin duda aumenta el riesgo de padecer complicaciones en la salud cardiovascular, siendo el infarto al miocardio y los derrames cerebrales las consecuencias más comunes”, puntualizó. Un manejo eficiente del estrés en la vida personal es esencial para mantener la salud del corazón, aunado a la implementación de hábitos saludables como: una dieta equilibrada, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, realizar ejercicio, mejorar la calidad del sueño y practicar técnicas de relajación o meditación, ayudará a reducir significativamente los riesgos asociados al estrés.