¿Quién seguirá mandando en México?
Alberto Vieyra G. jueves 13, Jun 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿La elección de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial azteca garantiza que la justicia en México se aplique sin corrupción o, para ser más francos, que la justicia no se siga aplicando al débil porque débil nació? ¿Quién o quiénes propondrán al nuevo Poder Judicial para ser electo en las urnas?
Hasta hoy, la elección de algunos jueces se lleva a cabo en algunos estados de la unión americana, donde los jueces son propuestos por los partidos políticos y poderosas corporaciones, mientras que en Bolivia desde el 2011 se eligen a los miembros del Poder Judicial, pero el experimento político y jurídico-electoral no ha cambiado absolutamente nada en la nación bolivariana.
¿Los jueces, magistrados y ministros de la Corte serán electos por el pueblo de México en las urnas a propuesta de Morena, del crimen organizado, de poderosas oligarquías afines del partido del presidente o de él mismo? Si así ocurriese, saldrá peor el remedio que la enfermedad porque cada impartidor de justicia lo hará para honrar al partido o los intereses económicos y políticos que lo hayan propuesto.
¿En dónde quedará entonces la autonomía, la decencia y el decoro de los impartidores de justicia? ¿Verdad que es demencial la tramposa iniciativa de ley de AMLO, según él, para acabar con la corrupción en el Poder Legislativo?
En Francia se intentó elegir a los miembros del Poder Judicial y lo único que se logró sería la implantación de la guillotina de la que no escapó el rey Luis XVI, el 21 de enero de 1793.
Con una inusitada terquedad, Andrés Manuel López Obrador, pretende desaparecer a la Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante la elección en las urnas de jueces, magistrados y ministros de la Corte posiblemente en el primer trimestre de 2025, bajo el embuste de que es un poder corrupto al servicio de una minoría del poder conservador y sostiene la tesis de que, si los juzgadores son electos por “el pueblo bueno y sabio”, entonces tienen la obligación de servir al pueblo. ¿Eso garantiza que sean honestos y no corruptazos como los hay en su gobierno, comenzando por sus depredadores hijos?
Pero la virtual Presidenta Electa de México, Claudia Sheinbaum, adelanta que el asunto del Poder Judicial que tanto preocupa a los inversionistas y especuleros del dinero, será discutido por las barras de abogados, facultades de Derecho, trabajadores del sector y los propios ministros, magistrados y jueces.
¿Eso garantiza que AMLO no les ordene a sus nuevos achichincles diputados y senadores que la reforma se apruebe llueva, truene o relampaguee sin quitarle ni un punto ni una coma? ¿O se tomarán en cuenta las opiniones de los expertos para evitar que el Poder Judicial sea controlado por AMLO y su “corcholata”?
Pero a todo esto la gente se pregunta: ¿Quién manda y quién seguirá mandando en México, después de que el 1 de octubre doña Claudia reciba la banda presidencial que le dará un inmenso poder o seguirá permitiendo que su tutor de cabecera sea el que siga mandando después de que éste anunció que, si su Presidenta se lo pide, él con gusto seguirá en política, pero con la advertencia de que “mis opiniones contarán”?
AMLO es como Gabino Barrera, no entiende de razones andando en la borrachera, ni tampoco no andando. AMLO no cesará en su enfermizo afán de tener al Poder Judicial azteca bajo su puño, pero lo más preocupante es que maniatará a Claudia, pese a haber recibido más de 35 millones de votos en las urnas y a estas alturas del partido no son pocos quienes piensan que la elección o referéndum del pasado 2 de junio fue la reelección disfrazada de AMLO.