México triste o feliz
Freddy Sánchez martes 11, Jun 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Lo dicho está dicho, dígase lo que se diga.
Y es que el aplastante triunfo de Morena en las pasadas elecciones, no parece admitir nada más qué decir.
Es de suponerse, naturalmente, que en distintos círculos sociales se seguirá hablando de los resultados electorales, posibles rectificaciones y en particular de la causa que dio lugar a la abrumadora derrota opositora, lo que es difícil de olvidar.
En ese aspecto habría que considerar una indispensable revisión de lo acontecido y un cálculo de lo que pudiera acontecer después de los sucesos electorales.
Más allá entonces de lo que a fin de cuentas resulte del recuento de los votos, (conforme lo que establece la ley electoral actualmente), justo será intentar un diagnóstico de qué motivó a la mayoría de los electores votar a favor de Morena.
Por qué los votantes no se hicieron eco de temores evitando que el partido en el gobierno contara con un poder tan grande en materia legislativa y, por el contario, depositaron su confianza en lo que será la construcción sin obstáculos del segundo piso de la Cuarta Trasformación.
Algunos analistas de la oposición han dicho al respecto que la mayoría de los electores que apoyaron a Claudia Sheimbaun y demás representantes populares de Morena y sus aliados, al parecer ya no les importa la inseguridad ni la corrupción existente en el país, ya que supuestamente lo único que les importa es seguir recibiendo beneficios económicos del gobierno.
Otros opinan que la mayoría del electorado que emitió un sufragio en favor de la 4T lo hizo en defensa de los beneficios materiales que ha recibido y con indiferencia ante los llamados de la oposición a defender normas legales e instituciones que por sí mismas no representan aportaciones directas para el bienestar de la gente como sucede con los programas sociales.
Y una tercera examinación sobre el apoyo mayoritario para Morena lo atribuyen ciertos analistas a que no es que los electores hayan considerado al partido en el gobierno como la opción más confiable sino menos desconfiable en cuanto a darle a la gente beneficios económicos directos.
Así que sea como haya sido, la oposición en México sufrió un gran revés en las urnas y a esperar lo que venga sin contrapesos que puedan contener los nuevos planes de gobierno con Claudia.
En ese contexto, hay quienes se preguntan si México tendrá un cambio moderado o radical del capitalismo hacia el socialismo o inclusive el comunismo. Y la respuesta la habrá de dar la sucesora de Andrés Manuel apoyada por el amplio respaldo electoral que recibió en los pasados comicios.
Dos posibilidades se planten en ese aspecto: un tránsito de las políticas públicas hacia lo que podría ser un capitalismo social sin radicalismo o de plano irse a los extremos que en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua dieron lugar a que millones de sus habitantes buscaran refugio en el exterior o resignarse a sufrir carencias y molestias con gobernantes inamovibles.
Por el momento lo único cierto es que el electorado decidió que Morena tuviera el gran poder que tendrá Claudia Sheinbaum.
Así la cosas, será la primera Presidenta mujer de este país la que tenga en sus manos dirigir lo que será el segundo piso de la Cuarta Trasformación y con ello la construcción de un México triste o feliz.