¿Y el súper peso?
¬ Luis Ángel García lunes 10, Jun 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Todavía no empieza la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum y ya le heredan un problemón económico. La soberbia, impericia e ignorancia económica del todavía inquilino de Palacio Nacional —lo suyo, lo suyo es la política, la manipulación de las conciencias y las vendettas personales—, dejan un serio conflicto financiero a la nueva mandataria provocado por su incontinencia verbal y la del siempre inepto e inoportuno líder de los diputados morenos. Su obsesión por terminar de destruir la democracia, acabar con la división de poderes, los contrapesos constitucionales y vengarse de los ministros de la Suprema Corte por negarse a capitular lo hizo anunciar que con el carro completo de la 4T en el Congreso arrancaría el “plan C”, en primer lugar, con las reformas para lograr la desaparición del Poder Judicial actual.
Ese precipitado anuncio, cargado de odio, despertó la intranquilidad de los inversionistas y provocó la depreciación —forma elegante de disfrazar una minidevaluación—, del peso mexicano frente a la divisa americana y el desplome de la Bolsa Mexicana de Valores. Luego vino la conferencia del petulante diputado y fallido precandidato a gobernar Puebla de apellido Mier, quien con altivas declaraciones y en acato a las órdenes de su patrón, informaba que ya estaban en comisiones los proyectos para abolir la integración del máximo tribunal de la Nación, sin quitarle una sola coma. Nuevamente se tambaleó la moneda y tuvieron que recular momentáneamente, pero el daño ya estaba hecho. El mensaje que mandan los capitales internacionales es el temor de que desaparezca el Estado de Derecho, no haya certeza jurídica en México, no se haga justicia en los tribunales y prive el estado de indefensión frente a los abusos del poder político.
Pero como al virtual emperador tabasqueño sólo le interesa la venganza política y bajo el lema de “a mí no me vengan con que la ley es ley”, acuñó una nueva frase para pasar a la posteridad, aunque sea con un argumento falaz: “la justicia está por encima de los mercados”. Pero vemos las consecuencias, un “súper” peso en casi 20 unidades por dólar.
Es importante señalar que a pesar de la euforia por el aplastante triunfo de la 4T, convertida en el nuevo partido aplanadora como en los viejos tiempos del PRI, los hombres del dinero reaccionaron con recelo y debilitaron la divisa mexicana, por lo que fue poco eficiente el anuncio del transexenal secretario de Hacienda ante los inversionistas nacionales e internacionales y las medidas anunciadas de la “nueva” política económica del próximo gobierno. Nadie creyó en la disciplina hacendaria, la reducción de los déficits, el buen manejo de las finanzas públicas y el control presupuestal, medidas poco aplicables cuando no se garantiza la certeza jurídica ni la independencia judicial. ¿Cómo van a invertir en un país sin Estado de Derecho, sin independencia de poderes que garantice la actuación de jueces de carrera ajenos al Ejecutivo o elegidos a mano alzada? Temen la indefensión ante los agravios o excesos gubernamentales.
Y no, la justicia no está por encima de los mercados; la justicia debe ser una y ciega, no puede ser instrumento de la política para privilegiar a gobiernos en turno ni dejar de ser un freno a los abusos del poder público frente al ciudadano, a pesar de los intentos de la 4T por desaparecer la figura del amparo.
Muchos dirán que la nueva mandataria realizó una operación de control de crisis con los hombres del dinero global, pero mientras no contenga a su gran elector, el que la ungió, seguirá endeble nuestra economía —a pesar de los que creen que hubo crecimiento en este sexenio—, y si no demuestra con hechos que continuará, —a pesar de sus asegunes—, la certeza jurídica para los inversionistas, su titular de Hacienda tendrá que trabajar horas extras para evitar otro “error de diciembre” como en 1994.