Y cuando despertó…
¬ Luis Ángel García miércoles 5, Jun 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Y cuando despertó… Morena se había tragado al país. La 4T no necesitó de unas elecciones de Estado para hacerse de la Presidencia, el Congreso federal, la CDMX y la mayoría de los gobiernos estatales, bastó con la amenaza de que peligraban los programas sociales para que la población votara a favor de ellos. Más allá de la enorme demostración de fuerza que tiene la estructura territorial del movimiento lopezobradorista, la lección que queda es que la sociedad ha sido domesticada y acostumbrada a extender la manita para recibir dádivas y poder sobrevivir; no sólo hablamos de los pobres, muchos de los clasemedieros consideran que es más cómodo beneficiarse de las ayudas gubernamentales para sufragar gastos que esforzarse en trabajar más.
La estrategia de administrar la pobreza y crear más desamparados desde hace seis años rindió hoy sus frutos. De nada sirvió la comparación de proyectos de nación de los candidatos; como la humedad, el trabajo de los servidores de la Nación penetró en todos los estratos sociales y dejó en el imaginario colectivo el peligro de que desaparecerían los programas asistencialistas por la malévola intervención de los opositores. La obnubilada población perdió de vista que nadie, incluida la 4T, puede quitar esas “pensiones” a los viejitos ni las “becas” a los “ninis” porque son un derecho constitucional, creado precisamente por este gobierno. Por cierto, pocos visualizan qué pasará dentro de dos o tres sexenios en que no haya recursos públicos para sufragar ese gasto. Será impagable por el incremento poblacional y la pérdida del bono demográfico y ninguna administración podrá con ese paquete, sea del signo que sea.
Los comicios se desarrollaron en paz, sin necesidad del uso de la fuerza pública o del Ejército porque el daño ya estaba hecho. Tristemente nos hemos convertido en una sociedad pedigüeña, acostumbrada al dinero fácil sin el menor esfuerzo. Qué mejor que lo proporcione el gobierno, aunque sea de los impuestos de la gente productiva.
Fallaron todos los pronósticos y se vino abajo el sueño de un cambio. El día de los comicios los analistas y opinadores presagiaban una votación copiosa y alegre durante las primeras horas de la jornada y suponían que reflejaba un voto de castigo al régimen por las fallidas estrategias oficiales, pero no fue así. La gente salió a ejercer su derecho al sufragio -no en la misma proporción que en otras elecciones presidenciales-, pero para que haya continuismo, seguir con las mismas políticas populistas cortoplacistas que dan bienestar inmediato. Eso es lo que quiere la gente y lo hacen a sabiendas de que solo tienen que conservar la lealtad electoral.
Ello demuestra que al ciudadano de la calle no le interesa salir de la postración o mejorar su nivel de vida mientras tenga asegurada una cantidad fija para ciertos gastos. Es curioso que los viejitos estén felices con sus seis mil pesos, aunque gasten más en medicinas y atención médica que no les proporciona el ineficaz sector salud. Les interesa la efímera felicidad y no temas como la democracia, la división de poderes, los contrapesos constitucionales o la rendición de cuentas. La democracia se reduce a una jornada electoral y la exigencia de resolver lo inmediato, recibir dinero, aunque mínimo, que satisfaga algunas necesidades. Es una tristeza que ya nos hayamos acostumbrado a extender la manita sin el menor esfuerzo.
Cuando despertó… el dinosaurio todavía estaba ahí. La 4T es el nuevo PRI.