La Presidenta
Freddy Sánchez martes 4, Jun 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Hecho está”…
México tiene en la Presidencia de la República a una mujer con nombre y apellido.
Claudia Sheimbaun Pardo, la elegida por la voluntad de la mayoría electoral.
Y quien de ahora en adelante deberá asumir el rol que los electores le confirieron como la responsable de todas y cada una de las acciones que su gobierno decida adoptar a partir de que dé comienzo el nuevo régimen.
Es evidente que el presidente López Obrador habrá de seguir ejerciendo su gobierno hasta el último día, pero la sucesora ha de ser considerada como una primera mandataria en toda la extensión de la palabra desde ahora y especialmente en el amanecer de su gestión presidencial debe quedar constancia de su autoridad.
En ese aspecto no hay duda alguna que entre el que dejará el poder y su relevo existen coincidencias sobre ideales en común, pero eso hace más necesario que la vencedora en las elecciones presidenciales comience a demostrar que podrá, por sí misma, decidir que conviene hacer o no hacer.
El segundo piso de la 4T deberá seguirse construyendo siguiendo “el libreto” de Andrés Manuel (sin cambiarle ni un punto ni una como al igual que los hicieron anteriormente los legisladores de Morena y sus aliados), porque eso se espera que haga Claudia o la primera mujer Presidenta de México demostrará que es capaz de hacer las modificaciones que considere necesarias.
Algo quizás fundamental para que el nuevo gobierno federal goce de respetabilidad y confianza, puesto que lo que logre hacer Andrés Manuel hasta el último día de su gestión, tendrá su huella imborrable como debe ser, sin que eso deba seguir porque sería exponer a la nueva Presidenta a una constante e incómoda estigmatización al quererla hacer ver como una empleada del ex presidente.
En ese aspecto resulta a todas luces de vital importancia que se cumpla lo ofrecido por López Obrador en relación a su retiro definitivo de las actividades políticas.
Sheimbaun Pardo y nadie más debe dejar constancia plena de ser la que ocupe el cargo de Presidenta de la República.
Y para que así sea, es menester que ahora mismo se haga sentir el peso de su opinión respecto a los nombramientos en el gabinete, que a diferencia de las candidaturas a puestos de elección popular deben tener la aprobación de la Presidenta antes que la de quien en poco tiempo será el ex presidente.
Lo mismo es de desearse que suceda con los proyectos de reformas legales y los programas de gobierno en lo que será la nueva etapa de la Cuarta Transformación.
Andrés Manuel, entonces, entre más lejos esté de la toma de decisiones mejor será para darle fortaleza y credibilidad al ejercicio presidencial en México de la primera mujer.
Sobre el particular habrá los que opinen que AMLO como otros ex presidentes tendrá todo el derecho de expresar sus opiniones políticas, lo que ciertamente no se podría negar.
Aunque, por el bien de la administración que tocará a Claudia asumir, es preferible que sea ella y no su antecesor el que “a ojos vistos” sea el que siga decidiendo qué hacer, cómo y cuándo hacerlo como si el relevo presidencial sólo hubiera sido una apariencia para ocultar los afanes de un Maximato lopezobradorista. Así que por la voluntad popular de la mayoría nuestro país necesita que asuma plenamente el poder la Presidenta.