Violencia con homicidios
Carlos Ramos Padilla jueves 30, May 2024Se comenta sólo con…
Carlos Ramos Padilla
El Presidente vive en un mundo virtual creado por él mismo, es una realidad paralela que intenta imponer en sus mañaneras. Señala que ha disminuido la violencia, pero han crecido los homicidios. Dice pronosticar un ejercicio electoral participativo y pacífico haciendo a un lado la serie de crímenes en todo el país.
Termina finalmente la más violenta campaña electoral que se tenga en la memoria. Asesinaron a 231 personas entre ellas a 34 candidatos. Según @Integralia_Mx, van 749 víctimas en el proceso. Esto significa un 150.5% mayor que la violencia que dejó el proceso del 2021. Pero el tabasqueño no lo ve.
Enterar de estas atrocidades a la sociedad, para él es lucrar con el sufrimiento humano y dañar su investidura presidencial, sólo eso le importa.
Públicamente no ha girado instrucción alguna para detener estas masacres. Su candidata se mueve dentro de una serie de irregularidades que él tolera, desde cómo llegó a ser la aspirante presidencial bajo ilícitos cometidos, según acusaciones del propio Marcelo Ebrard.
Ha sostenido una serie de mentiras de manera consistente y lo que promete es la continuidad de un sexenio corrupto. Esto no es secreto.
Ante una larga lista de personajes bajo sospecha de delitos, he escrito que ninguno de ellos, ni un sólo morenista está en la cárcel. Todos protegidos y muchos buscando fuero para evadir a la justicia.
Para AMLO habrá dos juicios: el de las urnas, en donde se verá su hoy pálida presencia (no como cuando ganó), y la auditoría que la historia le impondrá como uno de los peores y más siniestros políticos.
Los señalamientos e investigaciones de carácter internacional no le garantizan protección ni aun contando con el cobijo de sus incondicionales.
AMLO nunca llegó, aún con su ambición personal (lo dijo Sheinbaum) a ser Presidente. Continuó ejerciendo un activismo selectivo, profundizó e impulsó la división social y brindó la posibilidad de operar a los delincuentes poniendo en riesgo a instituciones como las Fuerzas Armadas.
El tiempo de la nación lo empleó, incluso, para armar secciones dentro de la mañanera para acusar y desprestigiar a mexicanos y sus fuentes de empleo o liderazgo. La censura ha sido su sello dominante.
Este miércoles se cierra otro capítulo de campañas electorales invadido, no por la basura de propaganda en postes y árboles, bardas y puentes, sino por la inestabilidad política y de seguridad.
La sociedad está ansiosa de participar este domingo para ya no tolerar más abusos y mentiras, más pifias e imposiciones. Entendemos que vivimos bajo un Estado de Derecho que nos protege. Burlarse de la ley y denostar a sus impartidores es tarea de tiranos.
Todos, menos Sheinbaum, reconocen el fracaso en áreas sustantivas como la salud, la educación, la seguridad y el combate a la corrupción. Defender lo indefendible los dibuja como manipuladores, sólo eso.
Comprar la dignidad de los mexicanos para el acarreo a sus eventos o para presionar el voto los muestra antidemócratas. Usan el hambre y la pobreza como estrategia política (lo dijo AMLO). Finalmente concluye el bombardeo de propaganda, “spots”, encuestas, la tarea de prófugos y mercenarios políticos que todos en conjunto y cada uno nos dejaron en evidencia la serie de trampas, corrupción, engaños y poco ética de la mayoría de los contendientes, principalmente de esos que se codean, desayunan y negocian con el crimen organizado.
Este domingo la tarea de todos es demostrar nuestra estatura, nuestros valores, la necesidad urgente de cambiar para regresar a un México sólido y confiable.
Regalar el voto, creer que seguir con lo mismo nos dará beneficios condenarán al país a permitir que los pobres sean más pobres, desaparecer instituciones, violentar la ley y orillarnos a esquemas que en el mundo ya desaparecieron por anacrónicos y obsoletos. Tomemos libremente nuestra decisión, pero hagámoslo, en verdad el país está en peligro.