La compra de votos
¬ Luis Ángel García lunes 27, May 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Desde su líder moral hasta el gerente de la franquicia presidencial han acusado a la oposición de recurrir a la compra de la voluntad electoral de la ciudadanía. Incluso han responsabilizado a los oponentes de la teoría del complot que pretende fraguar un fraude electoral. Olvidan, tanto el inquilino de Palacio Nacional como los voceros de la 4T, que quien más ha recurrido a las prácticas ilegales de cooptar la voluntad popular han sido ellos mismos. Y no han necesitado de periodos electorales para cometer ese ilícito. Desde el primer día de su gobierno, el Presidente hizo de los programas sociales un instrumento de adquisición de voluntades, creó una reserva de millones de pobres, gente en pobreza extrema y de miserables que se conformaron con dádivas gubernamentales para subsistir a cambio de lealtad electoral. De tal suerte que hizo de la compra de votos actividad cotidiana desde hace seis años, aunque no hubiera comicios en puerta. El proyecto político del nuevo socialismo consiste en no acabar con la pobreza, sino en administrarla. El mismo Presidente ha dicho que la fuerza de su movimiento, su estrategia política, descansa en los pobres y los de menos educación, los ignorantes, que esa es su base electoral. Por ello es el menos interesado en combatir la pobreza, sabe que puede manipular la conciencia de los desposeídos a cambio de unos pesos, una despensa o unos utensilios, lo que tanto criticó en la era del tricolor, del partido en el gobierno. Hoy hace lo mismo, lo trae en su ADN, pero a diferencia de los regímenes priistas, en el sexenio de la 4T está proscrita la aspiración a un mejor nivel de vida, se anatemiza la educación de calidad, porque se requiere de personas acríticas, ideologizadas, sin aspiraciones, ajenos a la ciencia y la tecnología, resignados a vivir sin servicios de salud. Los cuadros de la 4T deben entender que su pobreza es destino manifiesto y que se pueden acostumbrar a sobrevivir con las “becas” para los ninis o las “pensiones” para los viejitos, clientela cautiva del presidente, al que todavía le agradecen la ayuda como si fuera de su dinero y no de un derecho constitucional que se financia con los impuestos de los contribuyentes. Así que es una falacia y ardid electorero el acusar a la oposición de prácticas ilegales con la supuesta compra de votos, porque es una acción que se realiza desde el gobierno mismo sin ningún recato, incluso con la violación permanente de la legislación electoral y de otras leyes, sobre todo las que protegían los fondos y fideicomisos que desaparecieron para poder sufragar las pensiones de la gente adulta mayor y mantener a esos jóvenes improductivos que ni estudian ni trabajan.
Por ignorancia o soberbia, el huésped del ex palacio virreinal obsesionado por perpetuar su populista proyecto político no se da cuenta del enorme error que cometió al elevar a rango constitucional las “pensiones” y “becas” a sectores improductivos, ya que llegará el momento en que ningún gobierno —del signo que sea—, podrá hacer frente a ese enorme boquete financiero, pero será una bomba que no le estallará al tabasqueño, “después de mí el Diluvio”.
Así que no le queda a los guindas ni a su líder moral hacer acusaciones que debieran convertirse en un mea culpa. Son ellos los que, apoderados de las peores prácticas del partido hegemónico, se aferran al poder sin preocuparse por respetar la voluntad popular ni resolver los grandes problemas nacionales.
Esperemos que la ciudadanía tome conciencia en el ejercicio de su derecho a decidir qué tipo de gobierno quiere, pero también es una oportunidad de recobrar la dignidad y no venderse por unos pesos. La sociedad merece un mejor futuro, alejada de la mediocridad y la pobreza, pero eso no se consigue con gobernantes que quieren perpetuar la miseria económica y moral de todo un pueblo.