El Santo Oficio político, a la vuelta de la esquina
¬ Francisco Reynoso jueves 9, May 2024Triple Erre
Francisco Reynoso
La encuesta más reciente de Arias Consultores confirma que el “plan C” de López Obrador y de su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, camina con banderas desplegadas… hacia el fracaso.
Con la creencia de que el arroz presidencial ya se coció, el gran objetivo del tabasqueño y su pupila es lograr el control absoluto de las Cámaras del Congreso de la Unión.
Los mapaches de la Cuarta Transformación tienen la encomienda de vender su alma al diablo, de ser preciso, para ganar la mayoría calificada en el Senado y en la Cámara de Diputados.
Esa es, sin duda, la prioridad del “plan C” de López Obrador. Y es que no sólo quieren reformar la Constitución para poner de rodillas al Poder Judicial de la Federación, también para construir un lugar en el gobierno de México, a perpetuidad, al gran caudillo tabasqueño.
En tiempos de la colonia, el virrey era la primera autoridad política. Sin embargo, por encima de su autoridad estaba la del responsable de la Santa Inquisición. Si la Iglesia sospechaba de conjuras y traiciones, sus alguaciles tenían potestad de pasar por encima del virrey, si era necesario, para castigar a los infieles.
Algo así querrá López Obrador para su futuro. Una posición con autoridad moral y ética que pueda argumentar: “No me vengan con que la ley es la ley…”.
Pero el “plan C” de Andrés Manuel y sus compinches de Morena y de la coalición Sigamos Haciendo Historia se encamina hacia la cloaca.
La medición de Arias Consultores, sobre la intención de voto para las fórmulas al Senado en las 32 entidades de la República, consigna que la alianza Morena-PT-Verde lleva delantera en 14 estados, entre ellos los panistas Chihuahua, Guanajuato y Querétaro y los naranjas fosfo-fosfo Nuevo León y Jalisco.
La coalición opositora que forman PRI-PAN y PRD tendrían ventaja con posibilidad de triunfo en 10 estados, entre ellos Michoacán, Quintana Roo, Morelos y Zacatecas.
Morena sólo lleva delantera en cinco entidades, Movimiento Ciudadano en dos y el Partido Verde en San Luis Potosí.
Si estos pronósticos se traducen en votos el domingo 2 de junio, la 4T de López Obrador y Claudia Sheinbaum tendrían 40 senadores de primera mayoría, la oposición 20 y MC cuatro.
Según la encuesta levantada en todo el país entre ciudadanos mayores de 18 años, en la segunda quincena de abril, Morena y sus compinches 13 senadores de primera minoría y la oposición 16; Movimiento Ciudadano ganaría tres.
Así los números, la coalición Morena-PT y Verde sumaría 53 escaños de mayoría relativa en el Senado, por 36 de la oposición y 7 de Movimiento Ciudadano.
La repartición de 32 senadores plurinominales no ayudaría a la 4T a lograr la mayoría calificada. Porque en el supuesto de que se llevara 20 sumaría 73 senadores.
Y la mayoría calificada es de 84. Quedaría a 11 o más de distancia.
Así pues, puede darse por hecho que aunque la contienda presidencial, como dice Claudia Sheinbaum, ya sea arroz cocido, el “plan C” para tener el control absoluto de las cámaras del Congreso de la Unión está destinado al fracaso.
Y está destinada al fracaso el plan, si existe, que no lo dudamos, de convertir a López Obrador en el moderno fray Tomás de Torquemada, quien estableció las reglas más crueles y antihumanas del Santo Oficio.
Y vean si no existen puntos de coincidencia. Entre las reglas impuestas por Torquemada, no legales pero sí morales, destacan la inviolabilidad del secreto de los testigos voluntarios y testigos colaboradores, la confiscación de bienes, las denuncias mutuas de acusados y las denuncias de padres contra hijos y de hijos contra padres.
“No somos iguales…”, se ufanaba fray Tomás de Torquemada. Y su crueldad la transmitió a los inquisidores apostólicos de la Nueva España. El primero de ellos fue Juan de Zumárraga, a la postre también primer obispo de México.
Los Monreal, del odio al amor
Otra vez Ricardo Monreal estuvo en Zacatecas para puchar a los candidatos de Morena. En especial a Saúl, su hermano menor y heredero de su liderazgo en el MM (Movimiento Monrealista).
En la oposición, priistas y panista de Zacatecas chillan y gritan: “Ya Chole con los Monreal”. Y en la órbita cuatroteista no son pocos los que dicen estar “hasta la madre” de los Monreal.
Pero a Ricardo y a los MM les importa un rábano lo que digan los demás. La política es su pasión; viven de y para hacer política. Y no escatiman esfuerzos para contribuir al triunfo de la 4T.
¿Cuánto darían PRI, PAN o PRD por tener un Monreal que empujara a su equipo como el fresnillense?
Los priistas condenan a Ricardo, pero no reprochan a Miguel Alonso que se esconda o que viaje disfrazado y de incógnito a Zacatecas. Panistas y perredistas están peor porque quedaron huérfanos de liderazgos.
Pacto Monreal-Sheinbaum
El acompañamiento de Ricardo Monreal a los candidatos oficiales en Zacatecas, estatales y federales, va más allá de la pasión del senador por hacer política.
Todo apunta a que hizo un compromiso con Claudia Sheinbaum. “Nos dejas el control de Zacatecas y te entregamos 300 mil votos y el carro completo… o casi completo”, le habría dicho Ricardo a la candidata.
Y la Sheinbaum habría aceptado el albur.
Por ello el MM lleva cuatro de las ocho candidaturas federales (dos al Senado y dos a la Cámara de Diputados); son de su equipo los candidatos a la presidencia municipal de: Fresnillo, Zacatecas, Guadalupe, Jerez, Villanueva y Sombrerete entre otros; y son monrealistas -ricardistas unos y davidistas y verónicos otros- por lo menos 14 de los 18 candidatos al Congreso de Zacatecas.
Esos que dicen “ya chole con los Monreal” lo primero que deben hacer, para lograr desplazar al MM, es levantarse temprano y hacer política 24 horas diarias.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos