El voto de los indecisos
¬ Luis Ángel García miércoles 1, May 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Más allá de la guerra de cifras que se generó después del infumable segundo debate, lleno de descalificaciones y exhibición de miserias, donde lo único quedó en el imaginario colectivo fue el epítome de “corrupta” y “narco candidata” como cualidades de las aspirantes, donde sus aduladores las declararon vencedoras, habría que medir realmente cuánto se movió el porcentaje de votantes en favor de una u otra abanderada. Seguramente en nada varió la intención del sufragio.
La gente que asistirá a las urnas sabe desde ahora por quién se definirá, sobre todo el segmento social que vota en conciencia, que razona y no modifica su conducta cívica, es la gente con más nivel educativo, “aspiracionistas”, clasemedieros, afectados por la situación económica y las medidas populistas que la 4T, el humor social de esta población no apoya al inquilino de Palacio Nacional ni a su candidata títere. Por otro lado, está una importante cantidad de ciudadanos que se han acostumbrado a estirar la mano para sobrevivir y han sido atemorizados con la falsa idea de que si no continúan los morenos les quitarán las dádivas electorales. Los programas sociales se han manejado en ese sentido, el gobierno administra la pobreza; pero hay un tercer segmento del que se desconoce su comportamiento, generalmente son los abstencionistas, que ronda entre el 60 y 50 por ciento del padrón electoral -recordemos que nuestros gobernantes son legitimados con un 20 o 25 por ciento de los electores-, pero en los comicios presidenciales aumenta su participación, lo que no se conoce es el sentido de su humor social. Ese fragmento de votantes indecisos no necesariamente es abstencionista, hay quienes no quieren manifestar su preferencia a las desprestigiadas casas encuestadoras y son los que van a decidir el rumbo de las elecciones y el destino del país.
Por eso es irrelevante el evento de los pseudo debates, no mueven a nuevos votantes ni influyen en quienes apoyan alguna de las coaliciones; en esta polarización social provocada por el propio gobierno están muy definidos los frentes y cuentan, sobre todo en la 4T, con una base electoral fuerte, pero para desgracia del tabasqueño ya no crecen sus adeptos, incluso hay deserción de los menos miserables, aquellos desencantados o desilusionados con las falsas promesas de primero los pobres, del combate a la corrupción, de los efímeros indicadores del bienestar, de la falaz frase de reivindicar a los desposeídos. Esa intención del voto es lo que no han medido los estudios demoscópicos; así que las cuentas alegres de las mercantilistas casas de sondeos que profetizan victorias con una diferencia no solo de dos dígitos, sino del 2 a 1 están muy alejadas de la realidad, como la necedad de los equipos de campaña que echar las campanas al vuelo por pírricos triunfos que solo están en su mente. No puede haber un vencedor de los debates porque no ha habido debate; nadie ha presentado propuestas ni confrontado ideas o proyectos, han sido escaparates para exhibir miserias y acusaciones mutuas, ese espectáculo de carpa no mueve al electorado y menos cuando solo las conocen por sus apodos. Corrupta, narco candidata se gritan y olvidan que las audiencias quieren saber qué harán para resolver los problemas que les aquejan.
Si México quiere modificar el rumbo tiene que salir a votar el próximo 2 de junio y en conciencia sufragar por la menos peor, la que dé esperanza con un plan de gobierno viable que nos regrese al crecimiento y al desarrollo, garantice la seguridad, otorgue a los mexicanos un sistema de salud completo, oportuno y eficiente, genere empleo y contemple una educación pública científica, crítica y de calidad que deje de preparar mano de obra barata para formar a profesionistas competitivos y se combata la ignorancia.
Si eligen la continuidad, esos indecisos, conformistas, tendrán el gobierno que quieren, pero nos llevan al baile a 130 millones de mexicanos que no lo merecemos.